En torno a unos 25 años lleva el Grupo de Investigación Bases Anatómicas y Embriológicas en Patología y Terapéutica (Anatemb) de la Facultad de Medicina de la Uex investigando acerca del desarrollo y la estructura del corazón. Fruto de su trabajo surge la tesis de Natividad García --dirigida por Carmen López, Lucía Rodríguez y Virginio García, catedrático de Anatomía y Embriología-- que establece las bases que definen la formación del corazón en embrión, es decir, "por qué hay células que saben que tienen que formar el corazón", explica Virginio García.

Hay varios factores implicados en esa decisión y, según concluye esta tesis, los más importantes son los moleculares, bien a través de la información genética que posee la propia célula, bien dependiendo de qué células tenga alrededor. El conocimiento de los mecanismos que determinan la formación de las células del corazón (por ejemplo, los cardiomiocitos, que son las células musculares del corazón, que hacen que se contraiga) contribuye a establecer las bases de la prevención y el tratamiento adecuado de las malformaciones cardiacas congénitas.

Entre estas malformaciones están, por ejemplo, las del sistema vascular --las más frecuentes--, que impiden la buena circulación de la sangre por las válvulas del corazón y pueden terminar dañando este órgano. Este tipo de problemas aparecen casi en el 1% de los nacidos vivos y, si no se tratan, son letales en el 30% de esos casos. De ahí la importancia de conocer los mecanismos implicados en el desarrollo cardiaco, con objeto de averiguar las causas que provocan este tipo de enfermedades y corregirlas con mayor éxito.

Técnica novedosa

Ese es el objetivo último de esta investigación, cuya mayor novedad es, según destaca el profesor García, "la aplicación de técnicas de sobreexpresión de ADN, mediante ´electroporación in vitro´". Se trata de una novedosa técnica que consiste en aplicar descargas eléctricas a la célula que lesionan su membrana de forma pasajera y permiten modificar su ADN.

Esa manipulación genética --que se ha llevado a cabo en embriones experimentales de pollo y codorniz-- abre importantes perspectivas en el estudio del corazón, con el objeto de identificar el "lenguaje" de las células y "cómo interaccionan con las demás", apunta el catedrático de la Uex."Si llegáramos a descubrirlo, descubriríamos el mundo", sentencia.