Salió al escenario con un traje dorado y plumas grises como si se tratara de un guerrero. Francisco Jesús Pendón Ruiz, con la alegoría titulada Pandora , fue el vencedor de la noche del lunes en la cuarta edición del concurso de drag queen , celebrado en el pabellón polideportivo de Navalmoral.

Pendón, natural de Málaga, se embolsó la cantidad de 400 euros y un trofeo, además de la banda que le acredita como líder del concurso de drag moralo hasta la edición del año que viene. Le impuso la banda el ganador del 2005, José Navarreño, encargado además de cerrar la gala con una actuación fuera de concurso, con la escenificación titulada Divina .

En segundo lugar, con 81 puntos, se cladificó el moralo Carlos Benito, que recibió 300 euros de premio. Benito representaba a la peña Los Santeros y puso en escena una alegoría llena de ritmo, buen gusto y calidad interpretativa denominada Iris .

La tercera plaza fue para Tomás Cano Montero, quien representó la coreografía Airín , llevándose 200 euros y 68 puntos del jurado.

Carlos Antonio Mascareña fue la única drag que se quedó sin premio ya que fueron cuatro los participantes que se presentaron a esta edición, que fue presenciada por algo menos del millar de personas que constituye el aforo del recinto donde se celebró la gala.

El concurso fue presentado por Cristian Galven, reportero del programa de Telecinco Caiga quien Caiga . Además, estuvo amenizado por varias actuaciones que sirvieron de intermedio entre las actuaciones de los participantes. Entre esas escenificaciones destacó un espectáculo de El bosque animado , con el que los asistentes pudieron cintemplar sobre el escenario a ninfas, faunos, duendes y árboles vivientes.

ENTRADAS Un centenar de vecinos expresaron su malestar por el modo en el que el Ayuntamiento repartió horas antes del espectáculo las entradas para el mismo. En un principio, el consistorio anunció que las entradas se repartirían gratuitamente a partir de las seis de la tarde del lunes, pero muchos vecinos pudieron comprobar cómo, al menos, 20 minutos antes de esa hora ya no quedaban invitaciones.

Ante la situación, los vecinos permanecieron en señal de protesta a las puertas del pabellón, algunos aporrearon las puertas del recinto y otros 25 penetraron en la instalación deportiva y protagonizaron una sentada hasta que la policía local les desalojó sin que se produjeran incidentes de importancia.