Francisco Miguel Sánchez Margallo apenas lleva un mes al frente del Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres. Por delante tiene el reto de sustituir al impulsor y alma mater --Jesús Usón- de este laboratorio de referencia internacional y afrontar el aprovechamiento de las nuevas instalaciones.

--¿Pesa la responsabilidad de relevar al profesor Usón y hacerse cargo de un centro de referencia a nivel mundial?

--Sí, pero es una etapa que afronto con mucha ilusión, porque formo parte del equipo del centro y del grupo de colaboradores del profesor Usón desde los inicios y llevo trabajando en esto 17 año.

--¿Se ha marcado ya retos?

--Actualmente creo que los retos pasan por incrementar la actividad del centro. Hemos pasado de un edifico de 2.500 metros cuadrados a uno de 20.200 y, lógicamente, tiene que crecer en actividad, en personal y en líneas de trabajo, tanto en formación como en investigación.

--¿Y cuáles serán esas nuevas líneas de trabajo?

--Como hasta ahora, se relacionarán con la cirugía de mínima invasión, tanto a la hora de formar en áreas como la laparoscopia, la microcirugía o la endoscopia, como en líneas de investigación muy relacionadas con este tipo de cirugía. Lo que ya estamos haciendo es implementar nuevas líneas, como la terapia celular aplicada a la medicina y a la cirugía e introducir más componentes tecnológicos en los quirófanos. No podemos obviar que el futuro pasa por la cirugía robótica y, por ejemplo, ya trabajamos en proyectos de simuladores quirúrgicos para reproducir una cavidad abdominal o la patología de un paciente y que el cirujano pueda disponer de ella para ir practicando antes de realizar la intervención.

--¿Qué tipo de investigación harán con células madres?

----Vamos a empezar un proyecto de cardiología para crear modelos de infarto agudo de miocardio y crónico, preparar las células que tenemos en un laboratorio y estudiar qué es lo que ocurre. Ya hay grupos investigando en esta línea, pero queremos ponernos al día, diseñar y crear modelos experimentales de patologías que afectan al hombre, recrearlas en animales y probar con las células madres a ver qué pasa.

--¿Hasta qué punto se pueden extrapolar al ser humano los resultados con animales?

--Se pueden extrapolar los resultados de un entrenamiento de una determinada técnica en un simulador con animales para que el cirujano adquiera destreza. Pero además, en gran parte de nuestros proyectos lo que se hace es probar dispositivos y ver el comportamiento que tienen los materiales a corto, medio y largo plazo. En este sentido, los resultados en animales y humanos son muy similares.

--Antes decía que el futuro de la cirugía son los robots, ¿el cirujano dejará de intervenir directamente a los pacientes?

--La cirugía de mínima invasión, una de las características que tiene, es que ya el cirujano no introduce sus manos en el paciente, sino que trabaja desde el exterior. El componente robótico permite mayor precisión en los movimientos, usar instrumental de alta tecnología, manejarlo a distancia y trabajar con imágenes tridimensionales, un avance que no permiten variantes como la laparoscopia o la endoscopia. Con la robótica cada vez tendremos mayor coordinación de movimientos, mayor precisión, mejor ergonomía, mejores resultados y menor estrés para los médicos.

--¿Cómo explicaría de forma sencilla su labor?

--Trabajamos para que el médico o el cirujano aprenda técnicas, procedimientos o habilidades para mejorar las intervenciones quirúrgicas y los resultados con los pacientes: provocarles menor daño, menor dolor y también menor tiempo de recuperación hospitalaria.