La Agencia Tributaria destapó en el 2003 el mayor fraude de IVA en Extremadura. Cuando se dio a conocer, en febrero del 2004, el cuerpo de Aduanas ya sabía que una red de empresas que operaba en Portugal, Badajoz y otras siete ciudades, realizaron operaciones comerciales falsas, pues no tenían actividad real, simulando sus transacciones con la emisión de facturas falsas con el 16% del IVA, cuya devolución reclamaban en sus liquidaciones, en lo que se conoce un fraude del tipo carrusel. El caso se instruyó en el Juzgado de Olivenza, aunque desde el primer momento se planteó trasladarlo a la Audiencia Nacional, por las ramificaciones del fraude.