Sólo restaban 30 kilómetros hasta alcanzar la capital de España cuando los pasajeros de la línea ferroviaria que comunica Extremadura con Madrid vieron cómo un nuevo incidente iba a alargar su trayecto más de lo previsto.

Fue un conato de incendio en los bajos del ferrocarril, junto al motor, que fue sofocado por el propio maquinista con los extintores del tren, según informaron fuentes de Renfe.

Ocurrió a las 12.45 de la mañana y, siguiendo el protocolo de seguridad pertinente, los bomberos llegaron poco después, a las 13.10, si bien su intervención no fue necesaria.

El incidente, que Renfe califica de «avería técnica y mecánica», no provocó ningún tipo de daño personal pero sí que retrasó el recorrido de sus 90 pasajeros, quienes tuvieron que salir del convoy con sus equipajes y pertenencias y esperar durante más de dos horas a ser transbordados a otro tren que les llevara finalmente a su destino.

«Los niños y mayores están metidos en los coches de policía y guardia civil al aire acondicionado», relataba una cacereña a este periódico.

Hay que tener en cuenta que los viajeros fueron desalojados a mediodía en mitad del campo, en concreto en el tramo que une las localidades toledanas de Illescas y Humanes.

«Esto es tercermundista», añadía esta pasajera, una frase ya tradicional cuando se habla del funcionamiento de los trenes en Extremadura.

Así lo demuestran las críticas y quejas de los usuarios en redes sociales, que aluden a la falta de mantenimiento, a trenes sin aire acondicionado en verano o calefacción en invierno, con baños estropeados, máquinas de refrescos inútiles o megafonía deficiente. También se comentan los frecuentes retrasos o se habla del incómodo andén en el que deben esperar en la estación de Madrid-Atocha, sin acondicionar.

Segundo incidente en un mes/ Este percance se une al ocurrido hace menos de un mes, el pasado 28 de junio, cuando ocho pasajeros y el maquinista resultaron heridos tras arrollar el tren a un tractor, lo que provocó un pequeño incendio en los bajos del mismo y el descarrilamiento de uno de sus vagones.

En esa ocasión el tren viajaba desde Madrid con destino a la región y el choque con el vehículo agrícola se produjo en un paso a nivel sin barreras, entre los municipios toledanos de Torrijos y Montearagón.

El centenar de pasajeros que viajaba en aquel ferrocarril fue traslado en autobús hasta la ciudad de Talavera de la Reina, donde pudieron tomar otro tren que les transportó hasta Cáceres.