El negocio del agua en Extremadura está llamado a ser una fuente de riqueza con futuro. El agua ofrece en la región dos grandes áreas de negocio a través del regadío en la agricultura y los baños medicinales de sus balnearios, a los que ahora se ha sumado la comercialización del agua mineral embotellada.

Un informe elaborado por la Administración autonómico ya advirtió a finales de los 80 de la importancia de los sectores del termalismo y de las aguas de manantiales en la comunidad. Este estudio tiene inventariado un total de 106 manifestaciones mineromedicinales --55 en Cáceres y 51 en la provincia de Badajoz-- donde existen numerosas posibilidades para la promoción y desarrollo del sector industrial de las aguas minerales.

En la actualidad funcionan en Extremadura dos plantas embotelladoras de agua, una en Alburquerque que se comercializa como Agua de Los Riscos , y la otra en Valencia de Alcántara que explota la firma Chumacero y que llega al mercado bajo la denominación Sierra Fría . A estas dos iniciativas empresariales se han sumado dos nuevos proyectos en Herrera del Duque y Losar de la Vera.

La multinacional suiza Nestlé ya trabaja con la idea de utilizar los manantiales de Fuente de Borbollón para construir una planta embotelladora dirigida al mercado ibérico y que comercializarán con una marca propia ya en las tiendas, Aquarel . Por su parte, el Ayuntamiento de Losar de la Vera no descarta la creación de una empresa pública que explote la calidad de sus manantiales municipales, cuyas aguas ya tienen catalogación de mineral por parte de la Junta de Extremadura.

En la región existen además otras dos aguas declaradas como minerales naturales, El Tomillar en Quintana de la Serena y Agua de El Albercón , en Montemolín, las dos en la provincia de Badajoz.

EL TOQUE MEDICINAL

Pero el negocio del agua ofrece otras variantes en la comunidad, la de los baños termomedicinales de sus balnearios. En la actualidad, Extremadura tiene en funcionamiento balnearios en las localidades de Alange, Baños de Montemayor, Puebla de Sancho Pérez, Brozas, Montánchez, Valdecaballeros y un proyecto en la localidad de Montehermoso.

Una herencia de romanos y árabes que la región ha sabido aprovechar para convertir estos centros de curación y prevención en un destino que computa en las estadísticas del turismo extremeño y que repercute de forma notable en la economía de aquellas zonas donde quedan enclavados.