Enrique trabajaba en una tienda de antigüedades que se vio obligado a cerrar en julio del 2009, hace un año, ya que "no pasaba por sus mejores momentos". Desde entonces está desempleado y no cobra el paro. Sobrevive por ayudas de algunas instituciones sociales, que le ayudan a pagar el gasto del alquiler pero sin sobrepasarse "ni un euro al día, solo lo básico" afirma. Dice que no para de "echar currículos en todos los sitios, pero no hay manera de encontrar nada". Tal y como le van las cosas, cree que estará en esta situación mucho tiempo y que le va a resultar "muy difícil" encontrar trabajo.