El Gobierno ha anunciado su intención de aprobar una ley que prohibirá que se fume en todos los centros del país y las reacciones no se han hecho esperar. Alvaro Garrido, director del Club de Fumadores por la Tolerancia lo dejó ayer claro. Ante esta posibilidad los fumadores extremeños están... que echan humo.

Garrido presentó ayer en Mérida una encuesta realizada en la región según la cual el 61,8% de los trabajadores extremeños están a favor de que se permita el consumo de tabaco en los centros laborales. Eso sí, la mayoría opina que debería permitirse únicamente en zonas específicas. Mientras, otro 31% apuesta porque se prohiba de forma taxativa. La mayoría (el 56,6%) se decanta por que, en cualquier caso, las decisiones se tomen a partir de acuerdos individuales entre empresas y trabajadores y no por ley como pretende hacer el Ejecutivo que presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

A la hora de analizar los hábitos de los ocupados de la comunidad, el 31,2% no fuma, el 28,5% afirma que ha dejado el hábito y el 40,3% fuma habitualmente. De estos últimos casi el 70% consumen sus cigarrillos en el centro de trabajo.

Alvaro Garrido defendió que "no se puede echar el tabaco de la noche a la mañana" y recordó que es un producto legal, cuya producción recibe subvenciones públicas de la Unión Europea y que se vende en establecimientos que son concesiones administrativas.

El Club de Fumadores por la Tolerancia remitirá los resultados de la encuesta al Gobierno y pondrá a disposición de los fumadores unas postales para que se las remitan al Ejecutivo como protesta por esta futura regulación. Y es que, insiste Garrido, "a los adultos hay que tratarlos como adultos" y no con iniciativas "que pueden generar crispación y discriminación".