El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, pidió ayer, desde el "profundo respeto" a los órganos de administración de las dos cajas de ahorro regionales --Caja Extremadura y Caja Badajoz-- que, en su proceso de fusión, "defiendan los intereses de Extremadura", y consideró que el resultado de la fusión entre ambas no les otorgaría "mayor fortaleza". Y es que "la situación ha cambiado con respecto a hace dos años en cuanto a los beneficios de las cajas" y eso hace que la fusión entre ambas no sea ahora aconsejable.

Fernández Vara aseguró que puede comprender la "cierta frustración" por el hecho de que la fusión se aleje después de tanto como se ha hablado sobre lo conveniente de la operación, como ha lamentado CCOO, pero insistió en que "no nos guía, y desde luego a quien les habla, más interés que tener instituciones financieras que puedan ayudar a esta región, y eso no necesariamente, en estos momentos, está claro que fuera quedándose ellas solas aquí, porque el resultado de la fusión de las dos no les otorga una mayor fortaleza", declaró a preguntas de los periodistas.

En este sentido, comentó que los "límites" que fija el Ejecutivo extremeño es que las cajas "defiendan los intereses de Extremadura"; si no lo hacen, "estaré en contra y si lo hacen, estaré a favor de la fusión", siempre en el ámbito competencial de la Junta en este aspecto.

Además, dijo entender "perfectamente" las razones que argumentan las dos entidades financieras para no abordar esta fusión. "Hoy por hoy la suma de los activos de nuestras dos cajas no son suficiente como para permitirles seguir operando solos en el futuro", comentó.

A este respecto, el presidente de Caja Extremadura, Víctor Bravo, reiteró ayer que las alianzas a las que acudirá la entidad financiera serán aquellas que les supongan "un menor coste social" y descartó una fusión con Caja Badajoz, ya que esa opción "no reforzaría el sistema financiero extremeño".

En declaraciones recogidas por Europa Press, abogó por la integración de esta entidad en un Sistema Institucional de Protección (SIP) pero que produzca "el menor deterioro posible en las plantillas de la empresa". Lo ideal, resaltó, sería que Caja Extremadura "siguiera sola", pero reconoció que "no sería una decisión acertada" por la crisis.