Lejos quedaron los tiempos en los que las centrales sindicales pactaban el convenio colectivo de los más de 300 trabajadores de la mina de níquel de Aguablanca. Tras el despido de los últimos 16 obreros, actualmente sólo quedan 7 empleados en las instalaciones mineras, encargados de realizar tareas de mantenimiento, en unas instalaciones totalmente paralizadas e improductivas, desde que Lunding Mining decidiera cerrar permanentemente la mina, en junio de 2016.

Hasta el día de hoy, explica Estrella Sánchez Amador, secretaria de política sindical y negociación colectiva de UGT Extremadura, Valoriza Minería, (actual concesionaria de la mina), «ha mantenido con los trabajadores actuales el convenio anterior en todos sus términos». Ahora se trabaja en la «actualización de salarios y otros conceptos», derivados por la falta de actividad, como «la jornada ininterrumpida de mañana».

Optimista // Según Estrella Sánchez, el representante de la empresa se ha mostrado «receptivo» a estas peticiones, que sumadas a la «propuesta empresarial», de prorrogar el convenio hasta el 2020, advierten ciertas expectativas de futuro. «Algo querrá decir todo esto», manifiesta la responsable de política sindical de UGT, «ya sea porque la empresa tiene prevista la reapertura de la explotación, o porque trabajarán en la regeneración medioambiental de la zona», caso de un cierre definitivo. En cualquiera de los dos casos, hará falta mano de obra.

Trabajadores, centrales sindicales e instituciones siguen esperanzados en que la explotación pueda reanudar su actividad. Mientras tanto, la Junta de Extremadura, la Diputación de Badajoz y el Ayuntamiento de Monesterio trabajan ya en un plan alternativo para la regeneración económica y del empleo en esta zona, dotado con casi 10 millones de euros, algunas de cuyas acciones se han puesto en marcha, con el objetivo de paliar, en la medida de lo posible, el impacto negativo del cierre de la explotación.

Mientras, Río Narcea, anterior propietaria de la mina, ha recibido Declaración de Impacto Ambiental favorable para el proyecto de explotación por interior del yacimiento, aunque con algunos condicionantes y exigencias a cumplir antes de retomar la actividad. Este hecho deja vislumbrar la tantas veces reclamada viabilidad del proyecto minero de Monesterio, hasta que se agoten los recursos existentes.

Actualmente, Valoriza Minería estaría trabajando para poder reabrir la explotación, «una vez todas las autorizaciones legales sean aprobadas por las administraciones competentes y se alcance un precio de cotización de los metales que permita una explotación económicamente viable». Es importante acentuar que Valoriza Minería además de haber adquirido a Lungin Mining la mina de níquel y cobre de Monesterio, se ha hecho con más de una veintena de permisos de investigación en la zona denominada Ossa-Morena y en la Faja Pirítica, que incluye el avanzado proyecto minero para la extracción de cobre en las inmediaciones de la localidad de Alconchel, también en la provincia de Badajoz.