Tres terneros y una vaca. Ese es el balance de pérdidas por ataques de buitres que denuncia Juan José Lancho, ganadero desde hace 40 años que explota una finca ubicada en el término municipal de Malpartida de Cáceres. La agresión no solo supone un ataque a su propiedad, según denunciaba ayer en declaraciones a este diario, sino también a su bolsillo. "Me ha ocasionado 2.000 euros de pérdidas".

Jorge Guerra, veterinario de Agroseguro, sostiene que este tipo de ataques se repiten a diario en explotaciones de toda la provincia cacereña. La razón, la normativa europea contra las vacas locas , en vigor desde hace cuatro años, que obliga a incinerar todos los cadáveres que se encuentran en las explotaciones ganaderas. La escasez de carroña en los campos ha empujado a los buitres a buscar su alimento en ganado vivo, principalmente cuando las hembras están pariendo. "Al principio solo se registraban ataques en los alrededores de Monfragüe o la Sierra de San Pedro, pero ahora se dan por toda la provincia", asegura Guerra.

RESPUESTA DE LA CONSEJERIA Fuentes de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente han reconocido que hay algunos casos puntuales de agresiones a animales bajos en defensas o que no se pueden mover, pero niegan que se trate de una tendencia generalizada. También aseguran que está a punto de entrar en vigor una normativa por la que se permita abandonar algunos animales muertos en el campo, medida con la que se espera que cesen los ataques de buitres.

Pero algunos ganaderos consideran que el problema es más serio de lo que manifiesta la Administración. Este periódico ya publicó el año pasado denuncias similares y Lancho asegura que los buitres se han "convertido en una gran amenaza, ya no tienen qué comer y por eso atacan". Sostiene que la situación ha llegado al límite por lo que advierte que, si no se toman medidas, "los ganaderos tendremos que matar a los buitres aunque nos metan en la cárcel". Añade que "no es comprensible que la Junta eche en Monfragüe kilos de carne para que coman los buitres y en otros sitios estén muertos de hambre".

UN BUITRE CONTRA UNA VACA Aunque la envergadura de un buitre es considerable, a primera vista parece extraño que pueda terminar con la vida de una vaca. El veterinario Jorge Guerra explica que esta situación se da cuando la res tiene problemas en el parto y sufre durante unos días una parálisis en las patas traseras. Entonces los buitres tienen vía libre para devorar al ternero y a la vaca la empiezan a atacar por la zona vulvar hasta que el animal se desangra y después se lo comen.

Este veterinario, que asegura haber atendido multitud de casos de estas características, recuerda uno de especial crudeza en una explotación de Villa del Rey. Cuando llegó a la finca, el ganadero había cubierto con una lona a una vaca que tenía problemas en un parto, "porque ya no sabía cómo evitar los ataques de los buitres". Cuando retiraron la lona, del ternero solo quedaba el esqueleto a pesar de que aún tenía medio cuerpo en el interior de la madre. La vaca aún estaba viva pero le habían desgarrado los labios vulvares, parte de la vagina y del periné. "Había entre 90 y 100 buitres revoloteando alrededor y tuvimos que sacrificar a la vaca, que ya no tenía salvación".