El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, garantizó ayer la seguridad del almacén de residuos nucleares que prevé construir la planta nuclear de Almaraz (Cáceres) frente a la protesta planteada por Portugal en la UE al considerar que puede tener un impacto medioambiental transfronterizo. Dastis se ha referido a esta polémica en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el que ha estado presente el embajador portugués en España, Francisco Ribeiro de Menezes.

El titular de Exteriores ha explicado que la tensión provocada por este asunto se ha aliviado después de haber un intercambio de puntos de vista y pese a que no ha sido posible aún un acuerdo. Ante ello, ha señalado que las instituciones europeas darán su opinión sobre si la actuación de España es conforme a la legislación, algo de lo que ha dicho no tener dudas.

El ministro ha defendido, frente a la tesis de Portugal de que ese almacén tendrá efectos en su territorio, que eso no ocurrirá tanto por la distancia con la frontera como por el diseño y construcción del mismo. «Confiamos en que ese almacén, con todas las garantías, va a ser construido y no va a tener esos efectos transfronterizos sustanciales con ninguna zona del territorio portugués», ha subrayado.

Por otra parte, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento portugués, Pedro Soares, expresó ayer la «preocupación» de los ciudadanos lusos porque el Gobierno español pueda autorizar que la central nuclear de Almaraz (Cáceres), situada a escasos 100 kilómetros de la frontera, opere hasta los 60 años. Así lo manifestó Soares en una rueda de prensa celebrada ayer en el Congreso de los Diputados, al que fue sido invitado por el presidente de la Comisión de Energía, el diputado de Podemos Ricardo Sixto, para tratar de acercar posiciones en este tema que está provocando «controversias» entre dos países «hermanos».

Con el fin de acercar posiciones a nivel parlamentario Sixto invitó ayer al Congreso al parlamentario portugués y se comprometió a trasladar su postura a los portavoces de energía de todos los grupos políticos del Congreso, así como a organizar un viaje al Parlamento portugués para facilitar el «entendimiento entre los dos países».

No obstante, el diputado portugués fue contundente y subrayó que la construcción de un ATI en Almaraz implica la intención de alargar la vida útil de esa central -cuyo permiso de operación expira en 2020- hasta los 60 años, ya que de lo contrario «no sería necesario esa instalación».