El ozono, uno de los principales gases que absorben la radiación ultravioleta (UV), se concentra principalmente entre los 12 y 35 kilómetros de altura, dentro de la capa atmosférica llamada estratosfera.

A mediados de los años ochenta, la comunidad científica comenzó a informar acerca del alarmante descenso de la concentración de este gas sobre la Antártida. Así, la cantidad de ozono registrada en 1984 fue un 35% menor que la media de la década de los años 1960. Además, durante las últimas dos décadas se ha observado un descenso en la cantidad de este gas de aproximadamente un 3% cada 10 años.

El nivel de la capa de ozono se mide en la Península Ibérica desde principios de los años 90. El grupo Aire recibe estos valores a través de un satélite de la NASA, el TOMS. Ellos han sido los primeros en relacionar en la Península Ibérica los registros de radiación ultravioleta obtenidos en Badajoz, Cáceres y Plasencia con los ´miniagujeros´ de ozono, algo que en Europa solo se había hecho en algunos países del norte y centro.