Cada familia extremeña gastó 23.003 euros de media el año pasado. Esta cifra supone un incremento del 2% (unos 500 euros) respecto al 2015 y aunque evidencia una recuperación de las economías domésticas, la región es ahora la comunidad con el gasto por hogar más bajo del país. De hecho, la diferencia con las familias que más gastan, las vascas, supera los 10.000 euros anuales (33.691 euros frente a 23.003). Cada habitante del País Vasco desembolsó el año pasado 14.167 euros frente a los 9.276 euros que se gastó cada extremeño. Aún así, este dato ha subido en la región, ya que en el 2015, el consumo por habitante se situó en 9.033 euros.

Parece que el monedero y la cartera se abren con un poco más de alegría en la comunidad, pero aún lejos de los años anteriores a la crisis. La inestabilidad de la economía, los recortes, el aumento del desempleo e incluso el temor de aquellos que mantuvieron sus trabajos, hizo que la población bajara el consumo de forma generalizada. Se gastaba menos en viajes, en comer fuera de casa, se aplazaron hipotecas y también la compra de vehículos. Y estas decisiones tuvieron una incidencia directa en el desembolso de las familias. En el 2012 se registró el menor gasto de la década: 8.642 euros por extremeño y 22.172 euros por hogar, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Desde entonces el consumo ha ido repuntando ligeramente, con excepción del año 2015 cuando volvió a contraerse. En 2016 parece que se recupera la tendencia al alza y registra valores que no se alzancaban desde el 2008. Los extremeños comienzan a perder el miedo a gastar más allá de cubrir las necesidades básicas y es la tendencia general del país. Durante el año pasado, el gasto medio por hogar en España fue de 28.200 euros, lo que supuso un incremento anual del 2,6%, el mayor de los últimos diez años.

Pero, ¿en qué incrementan el gasto los extremeños? ¿cómo se distribuyen sus ingresos? Más allá de los pagos básicos de vivienda y suministros, que se llevan alrededor de un tercio de los ingresos de las familias, y de la alimentación (otro 13%), los extremeños han empezado a gastar más en sí mismos, en cuidarse y en divertirse. De hecho, el ocio es uno de los capítulos en los que más ha crecido el desembolso en el último año. Cada familia de la región, de media ha aumentado un 26% el gasto en juegos, instrumentos musicales, jardinería, mascotas,... La compra de dispositivos de telefonía móvil se ha incrementado un 32% y el cuidado personal, más de un 16%.

Sube también el gasto en mobiliario y menaje del hogar, en servicios de transporte y en salir a bares y restaurantes. El gasto en bebidas alcohólicas también se ha incrementado más de un 12% en solo un año mientras en tabaco desciende un 5,2%. Y en este último año además se han encarecido servicios básicos como la factura del agua hasta un 2,2% y los alquileres. Baja el gasto en alimentación, un 8,4% menos que en 2015, y la compra de vehículos (un 19%), entre otros.

Aún así, pese a que el gasto remonta ligeramente en la comunidad de modo general, hay decenas de familias que siguen pasando dificultades. Un reciente informe de Cáritas reconoce queel 70% de los hogares extremeños aseguran no percibir ningún tipo de recuperación económica.