El Consejo de Ministros aprobó ayer conceder a título póstumo la Gran Cruz de la Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a Antonio Lancharro Reyes, guardia civil extremeño que falleció en 1986 en un atentado terrorista de ETA en la plaza de la República Dominicana de Madrid.

El Gobierno dio el visto bueno al real decreto que fija esta distinción, solicitada por la familia a través de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, según explicó a este diario Juan Luis, uno de sus hermanos. No obstante, todavía no se ha comunicado de forma oficial esta decisión a los familiares, que están a la espera de que el Ejecutivo les indique la fecha, el lugar y procedimiento que se seguirá para este acto.

"Evidentemente nada ni nadie nos puede devolver a mi hermano, pero esta distinción sí servirá como pequeño homenaje y reconocimiento a su persona", destacó ayer Juan Luis Lancharro desde Monesterio, localidad de la que era natural Antonio y donde aún vive la mayor parte de su familia.

Antonio Lancharro falleció el 14 de julio de 1986 cuando viajaba en un autobús de la Benemérita para hacer prácticas de moto, al estallar una furgoneta aparcada en la plaza de la República Dominicana y cargada con 40 kilos de explosivo. Junto a él, que tenía 21 años y llevaba tres meses en el cuerpo, perdieron la vida otros 12 guardias civiles, entre ellos el también extremeño Carmelo Bella Alamo, de 22 años.

Juan Luis manifestó ayer que el recuerdo de Antonio permanece vivo "en todo momento" y aseguró que viven con "resignación" situaciones como las de la última semana, con la muerte de dos agentes de la Guardia Civil en el sur de Francia tiroteados por tres miembros de ETA.