Malas noticias en Burguillos del Cerro: Grabasa se queda sin comprador. Trece meses después de que la empresa canadiense Fairmont Resources anunciara su intención de adquirir Granitos de Badajoz (Grabasa) para reactivar la actividad de la industria de granito cerrada desde el 2012, el proyecto se desvanece definitivamente.

El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz ha dictado un auto, con fecha del pasado lunes 22 de mayo, por el que revoca la autorización que le había concedido a Fairmont para comprar la industria pacense. «Existe sombra de dudas acerca de la efectiva posibilidad de compra, había cuenta del tiempo transcurrido sin que hayan abonado ningún importe», reza el auto judicial.

Fue en abril del 2016 cuando la firma con sede en Canadá presentó su oferta de compra y esta fue aceptada por el juzgado. Debía abonar 2,7 millones de euros para quedarse con la totalidad de los activos de Grabasa: las instalaciones de Burguillos y una veintena de canteras. Pero el dinero nunca llegó al juzgado.

SOLO 150.000 EUROS / Fairmont solo abonó en julio 150.000 euros como garantía de compra y nada más. En estos 13 meses de encrucijada, el juzgado le ha concedido más tiempo hasta en cinco ocasiones para que la empresa canadiense pudiera hacerse con el dinero y cerrar la operación de compra. Lo hacía, según dijo la juez, «en aras del interés del concurso». Pero en trece meses no ha logrado la financiación necesaria ni parte de ella. La última prórroga terminó a principios de mayo y dada la pasividad de Fairmont, el administrador concursal de Grabasa remitió un escrito a la juez titular del juzgado pacense para solicitar la revocación que finalmente se produce ahora.

El administrador argumentó un reiterado incumplimiento de la obligación de pago. Ese es el principal motivo esgrimido por la juez, que además ha tenido en cuenta las dudas generadas sobre esta empresa tras la denuncia de un particular de Valencia, también interesado en Grabasa aunque a un precio muy inferior. El ofertante aseguraba que la documentación aportada por Fairmont sobre un acuerdo con inversores europeos para lograr la financiación era falsa y solo utilizada para conseguir reiteradas prórrogas. La juez recoge en el auto también ese argumento: «la denuncia de falsedad de los documentos aportados para justificar la adquisición», indica. Ante esta acusación, la firma canadiense salió al paso descartando la operación que supuestamente tenía en marcha con esos inversores europeos.

Así, tras la petición del administrador concursal, la jueza emitió un auto a principios de mayo instando a Fairmont a presentar alegaciones en un plazo de tres días antes de decidir si revocaba o no la autorización de venta a favor de Fairmont Resources. Dentro de ese plazo, la firma de Canadá presentó una nueva propuesta de financiación. Pero no parece suficiente. «La nueva obtención de financiación carece de credibilidad y seriedad», reza el auto de revocación, y por ello asegura que no es procedente conceder más tiempo para pagar esos 2,7 millones.

La juez explica que la Ley Concursal permite una cierta flexibilidad del procedimiento y su adecuación a la circunstancia de cada caso, pero «no prevé que las operaciones liquidatorias se prolonguen sine die, sino que tienen un plazo de un año para realizarse». Por ello, «en aras al interés del concurso, de los acreedores, y en cumplimiento de la Ley Concursal he de dejar dicho auto sin efecto y revocar el auto del 26 de abril de 2016».

A los trece meses transcurridos sin que llegara el dinero pendiente, la juez añade que Fairmont ni siquiera ha pagado al intermediario en la compra, «como se deduce del auto acordando la medida cautelar de embargo del depósito aportado en el concurso para obtener el auto autorizando la venta. Contra este auto de revocación solo cabe recurso de reposición en un plazo máximo de cinco días.

60 días más / Por todo ello, Grabasa se queda sin comprador ed momento y en la misma situación de incertidumbre que estaba hace más de un año. El proceso de liquidación abierto debe ahora seguir su curso. El siguiente paso sería comenzar a vender los activos de la industria de granito de forma separada, aunque el administración concursal ha solicitado a la juez una modificación del plan de liquidación para que conceda un nuevo plazo (60 días) con el fin de buscar un nuevo ofertante para el cojunto de la unidad productiva de Grabasa. Si finalmente no hay nuevo comprador con una oferta solvente y con garantías como al principio parecía la de Fairmont, Grabasa comenzará a liquidarse de forma separada para comenzar a responder con ese dinero a los acreedores que llevan años pendientes.

No obstante, aún hay posibilidad de que aparezca un nuevo comprador y el consejero de Economía señaló el pasado 2 de mayo que junto con Avante trabajarán para encontrar otra empresa interesada porque considera que Grabasa puede ser rentable. «Estamos convencidos de que que los activos, las canteras y el magnífico personal que está en el paro reúnen todos los requisitos para que Grabasa sea una empresa viable».