Greenpeace aseguró, tras analizar el informe del CSN correspondiente al pasado año, que la seguridad nuclear ha empeorado a lo largo del 2003, y citó a Almaraz II, Cofrentes y Zorita como ejemplos más relevantes del deterioro. Esta organización apuntó que el informe muestra "el agotamiento de la vida útil" de las centrales así como la "creciente connivencia" entre el CSN y los propietarios de las mismas, según informó Efe.

Según los ecologistas, el CSN hace una interpretación "sesgada" del número de incidentes, puesto que "oculta" que ha concedido en los últimos años un "número creciente" de exenciones del cumplimiento de las normas de seguridad de las centrales.

La "connivencia" del CSN con los dueños de centrales es "cada vez más ostensible", ya que el principal objetivo de ese organismo parece ser, según Greenpeace, facilitar la vida de las centrales.

Para ello, el CSN efectúa acciones que implican "una reducción de la seguridad". Greenpeace asegura que, según el informe del consejo, la tasa de paradas forzosas de los reactores se ha cuatriplicado.