La investigadora extremeña Guadalupe Sabio fue ayer una de las protagonistas del acto central con el que la Comunidad de Madrid conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Junto a la directiva María Fanjul, la empresaria Sara Navarro, las periodistas María Escario y Victoria Prego, la actriz Silvia Abascal y la cineasta Mabel Lozano, fue reconocida con una de las siete Estrellas de la Comunidad de Madrid , unos galardones con los que se reconoce el papel relevante de siete mujeres --una por cada estrella de la bandera autonómica madrileña-- en diferentes ámbitos. El trabajo de esta joven investigadora (tiene 36 años) ha sido reconocido ya con el Premio Impulsa de Ciencia. Príncipe Girona, en 2012, y con el Premio Loreal-Unesco España, en 2010.

--¿Qué tiene de diferente recibir este reconocimiento respecto a otros anteriores?

--Quizás el que es un reconocimiento a la mujer, un intento por parte de la Administración de que la sociedad se dé cuenta de que es importante que las mujeres lleguen a todos los ámbitos de la sociedad, ya sea como actrices, investigadoras o empresarias. Que desaparezca el mito de que hay ámbitos en los que solo puede haber hombres.

--¿Y es el de la ciencia uno de esos ámbitos que siguen estando reservados aún a los hombres?

--Sí, sobre todo en las altas esferas. Ahí sí lo percibo como un mundo bastante más masculino. Si vas a los laboratorios el número de estudiantes que empieza los doctorados yo diría que en nuestra rama es incluso más alto el de mujeres que el de hombres. Sin embargo, según vas subiendo en la escala las mujeres van desapareciendo. La razón, no la sé, quizás sea una cuestión de que socialmente se nos ve como quienes tenemos que sacrificarnos por la familia o los niños.

--¿Es frecuente todavía que haya investigadoras que tengan que dejar su carrera para dedicarse a la familia?

--A lo mejor no dejarla completamente, pero sí es verdad que en la carrera científica, en la que lo normal es que tengas que irte al extranjero un tiempo aunque sea para luego volver, la mujer es la que acaba cediendo habitualmente frente a su pareja. Además, como digo, es también un tema social. Es muy raro que un jefe entienda que un hombre le diga "me voy a coger la baja maternal porque el trabajo de mi mujer también es muy importante". Y más tal y como están las cosas.

--En este sentido, ¿cree que la crisis se ha cebado más con las mujeres investigadoras que con los hombres?

--Creo que la crisis se ha cebado con toda la gente joven que volvió con mucha ilusión de fuera y que no tiene oportunidades ahora mismo en España. Todos los que volvieron con el Ramón y Cajal y se les prometió que iba a haber plazas, que si pasaban la evaluación no se preocupasen, que España apostaba por ellos... Y realmente España no ha apostado por ellos. Creo que el daño ha sido general. Quizás si has vuelto y no tienes familia, es más fácil volverte a ir. Pero si tienes familia, hijos, pues realmente ya no tienes las mismas libertades que cuando te fuistes la primera vez. Ahí sí que te han roto completamente tu carrera, porque podías haber seguido donde estabas. La crisis ha cortado las alas a todos, a hombres y mujeres. El problema de la falta de inversión en ciencia durante estos años es un problema que se va a notar a lo largo de muchos más, porque es talento que se está perdiendo y que a lo mejor ni siquiera se va a ir fuera. La persona que ha vuelto, que era buenísima, y que tiene su familia aquí, a lo mejor ya no se va de España, simplemente le has destrozado su carrera científica y ahí se quedó.

--¿Se plantearía entonces volverse a ir al extranjero?

--Si no estuviera donde estoy, en un centro buenísimo.... Dentro de lo que cabe yo me siento privilegiada. Estoy en un sitio en el que puedes hacer una ciencia con capacidad de competir con el extranjero. Además, ahora mismo tengo financiación europea, por lo que no tengo un problema en este sentido, aunque no cuente aún con la del ministerio porque se ha retrasado un poco. Pero, en un futuro, si no tuviera financiación europea, pues sí, yo me plantearía irme otra vez, y aun teniendo los niños. Si no veo futuro en España me lo tendré que volver a plantear. Luego podré hacerlo o no.

--¿Cómo lleva lo de compaginar su carrera como investigadora y el ser madre de tres niños pequeños --dos mellizos de siete años y otro de menos de uno--?

--Bien, pero gracias a mi marido, que siempre ha entendido que la familia es cosa de los dos. El era científico --ahora hace divulgación científica--, y siempre que nos hemos trasladado, ha sido después de plantearnos cuál era el mejor sitio para los dos, no para uno, porque se trata de hacer sacrificios por ambas partes. Sin él no lo hubiese conseguido, lo hubiese dejado mucho antes.

--¿Cree que se le ha cerrado alguna puerta por ser mujer?

--No creo que sea un problema de que te cierren puertas. Es un problema más de que se espera de ti que hagas todo bien, que seas buena madre, que cuides bien la casa... Se espera más de ti en muchos más ámbitos. Evidentemente cuantas más exigencias pongas en muchos más ámbitos peor llegas a cada uno de ellos.

--¿Cómo ve la situación actual de la ciencia en España?

--La ciencia está bastante, bastante mal. El nivel de inversión que estamos teniendo es muy bajo. En ciencia necesitas regularidad. No puedes hacer vaivenes, decir un año invierto un montón, pero al siguiente no invierto nada. Se necesita ser constante. Ahora estamos viendo los frutos de la inversión que se ha hecho antes y por eso hablan de que la productividad no ha bajado. No ha bajado porque lo que sale ahora es gracias a la inversión que se hizo hace cinco años, porque los resultados de la investigación no son inmediatos. Un parón en la inversión en ciencia significa un parón mucho más largo en productividad, porque cuando a ti te paran el laboratorio, todo lo que hiciste hasta ese momento que no has publicado, que no has demostrado, lo pierdes, porque seguro que hay alguien en Inglaterra, América o Japón, que está haciendo lo mismo que tú, y que lo va a publicar y lo va a patentar. Si estás en tu tercer año y te quedaban dos y en esos dos no te dan dinero, en realidad pierdes cinco años, que quedan vacíos y tu carrera la has machacado, porque eso internacionalmente no se comprende, pero es que además la productividad del sistema también te la has cargado. Muchos laboratorios lo están pasando muy mal porque por muchos resultados que hayas tenido, por mucha investigación que hayas hecho o por mucho reconocimiento internacional que hayas cosechado, si no tienes a dónde recurrir económicamente...