La lluvia cae con fuerza y la circulación se hace difícil en las carreteras extremeñas. Una llamada a la Jefatura de Tráfico de la Guardia Civil alerta de un accidente. Personados en el lugar se comprueba que el vehículo ha caído en un río. Sus ocupantes se encuentran atrapados en él, por lo que se requiere la presencia de agentes del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS).

Mucha gente les ha visto actuar pero pocos conocen cuál es su labor. "Vigilar, socorrer y rescatar" en medios líquidos o no líquidos, dice el jefe extremeño del GEAS, "siempre que se requieran medios autónomos de respiración".

Lo cierto es que cubren todo un amplio abanico de actividades policiales y humanitarias para las que, además de estar muy preparados físicamente, se ha de estarlo también emocionalmente. "Resulta especialmente duro (el trabajo) a nivel personal cuando se trata de recuperar cadáveres y nos hemos de enfrentar a la lógica angustia y desesperación de los familiares de las víctimas", explica Juan.

Es precisamente éste uno de los aspectos más dolorosos para ellos: la falta de comprensión que en ocasiones se muestra hacia su trabajo y que muchos descarguen en ellos su frustración por la pérdida de un ser querido.

Es por ello que el jefe de este grupo señala que les gustaría "hacer entender" que su función es ayudar. "La culpa de la desgracia no es nuestra y que algunas veces nuestro trabajo, por limitaciones técnicas, se hace lento y difícil".

Pero al margen de socorrer a personas atrapadas o recuperar cadáveres, vehículos y otros objetos de ríos, pantanos, embalses, canales o pozos, los agentes de los GEAS tienen un amplio campo de actuación. Así, también se les requiere para practicar las diligencias propias de la policía judicial por hechos ocurridos en medios líquidos; reconocer fondos, cascos de embarcaciones, obras u objetos sumergidos con fines de seguridad, protección antiterrorista o vigilancia fiscal; combatir y practicar demoliciones subacuáticas; proteger el patrimonio arqueológico sumergido; o la actuación en catástrofes.

PRESENCIA PERMANENTE

Aunque estos especialistas de la Guardia Civil han actuado en Extremadura desde hace años --siempre que se les requería acudían desde Madrid o Sevilla--, su presencia física en la región, con un centro en Badajoz y ocho agentes permanentes, no se concretó hasta hace unos 4 años.

El centro extremeño del GEAS abrió sus puertas en 1999, cuando se determina que todas las comunidades han de tener infraestructura permanente. Este grupo se creó en 1980, pero entonces sólo con presencia en las islas, Madrid, Barcelona y Sevilla.

Hoy existen 19 grupos operativos y uno central, que trabajan coordinadamente. En sus cuatro años de vida, desde el centro del GEAS extremeño se han realizado 160 servicios. Sus ocho agentes han llevado a cabo en este tiempo 24 recuperaciones de cadáveres, 45 reconocimientos preventivos y 29 colaboraciones. Además, han participado como vigilantes en 30 competiciones deportivas y en 32 actividades formativas en colegios.

Para incorporarse a esta especialidad se necesita, primero, ser guardia civil y, posteriormente presentarse al curso de buceador elemental de la Armada, que es la titulación mínima exigida. Insisten en que lo más doloroso es la recuperación de cadáveres, y lo más duro y arriesgado, el trabajo en pantanos, por la oscuridad casi absoluta, las casas abandonadas, árboles sumergidos, resto de obras de los embalses...