La guerra entre las organizaciones agrarias está servida y llega a cuenta de qué hacer con el cultivo del arroz ante la escasez de agua. La mecha la prendió el lunes el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García, al pedir a la Junta y al Ministerio de Agricultura «que se limite durante un año en un 80% superficie de cultivo del arroz» debido a la escasez de agua para el riego. La reacción de las demás organizaciones agrarias no se ha hecho esperar para defender este cultivo, rechazar esa propuesta y demandar soluciones, pero de consenso y sin demonizar a ningún sector.

«Es kamikaze cualquier declaración que sugiera reducir la siembra del arroz extremeño como alternativa para ahorrar agua», señalaba ayer a través de una nota Apag Extremadura Asaja (la organización con la que Asaja Extremadura concurrió en las pasadas elecciones al campo).

Por parte de UPA-UCE el planteamiento iba en la misma línea: «Dejar de plantar el 80% de las hectáreas que normalmente se dedican al arroz en la región nos parece una medida de dudosa legalidad y que se ha tomado sin consenso», afirmaba Ignacio Huertas, secretario general de la organización.

Lo cierto es que el cultivo del arroz se encuentra en jaque, principalmente por la ausencia de lluvias durante el último año, que han incrementado los costes de producción y han mermado, como consecuencia, la rentabilidad de este cultivo, que ocupa cerca de 24.000 hectáreas de regadío, principalmente de la cuenca del Guadiana. Las reservas de sus embalses se encuentran al 44% y la semana pasada se reunió la oficina técnica de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Guadiana que pidió a los regantes «una planificación racional de los cultivos», lo que parece haber sido el detonante de la confrontación en torno al arroz.

Agua suficiente

«Al igual que otras regiones tienen otros recursos, nosotros debemos utilizar correctamente los que tenemos, pero sin complejos», reclamó ayer Huertas sobre el motor económico que representa para la región el regadío: el 61% del valor de la producción final agraria. Para UPA esta es una campaña de regadío «normal» y la región cuenta con suficiente agua embalsada para afrontar este ejercicio.

A ese respecto Apag Extremadura Asaja sí matiza que si persiste la ausencia de precipitaciones, sí habrá que emprender acciones inmediatas para optimizar el consumo de agua «por el bien del arroz extremeño».

La Consejería de Agricultura respondió por su parte a la petición de Asaja Extremadura de que se mantengan las ayudas para el arroz (el pago asociado y las ayudas agroambientales), aunque no se siembre. «Tanto la ayuda asociada como la producción integrada (ayuda agroambiental) están vinculadas al número de hectáreas plantadas y, no se puede pagar ninguna ayuda a la superficie sin cultivar» señalan desde la Junta, preguntada por este diario. Además recuerdan que, entre otras medidas, a principios de año se aprobó el decreto de ayudas por la sequía para cultivos y explotaciones.