Nueva brecha autonómica a la vista. Tras el pistoletazo de salida dado por Mariano Rajoy, las comunidades gobernadas por el PP se disponen a eliminar paulatinamente a partir de enero próximo el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, conocido en Alemania como Dummsteuer (impuesto de los tontos). Con esta supresión, sin embargo, no comulgan ni Extremadura, cuyas arcas públicas ingresaron 14 millones de euros el año pasado por esta vía, ni el resto de autonomías socialistas, más partidarias de mantener el tributo e implantar un sistema progresivo donde pague menos quien menos tiene. Andalucía y Aragón ya han dado pasos en este sentido.

De mantenerse el escenario actual, extremeños, andaluces, castellano-manchegos, aragoneses y asturianos seguirán pagando el Impuesto de Sucesiones; frente a madrileños, valencianos, gallegos, baleares, castellano-leoneses, murcianos y riojanos, que comenzarán a beneficiarse de descuentos, según los casos, a partir del 2004, y quedarán totalmente exentos en el 2007. Los vascos ya no pagan en la actualidad por las herencias.

Catedráticos de Derecho Financiero y Tributario como Carlos Palao y Luis Manuel Alonso, y expertos como Luis del Amo, del Registro de Economistas y Asesores Fiscales, han advertido que se pueden desencadenar serias discriminaciones entre los ciudadanos en función de su lugar de residencia. De hecho, Palao ha alertado de las maniobras que pueden surgir entre los habitantes de una u otra autonomía para eludir el tributo y por ello aboga por una uniformidad legal a partir de un marco estatal.

El Impuesto de Sucesiones es de ámbito estatal pero está transferido a las comunidades.

Cada gobierno puede realizar las bonificaciones que estime conveniente pero la eliminación sólo se podría emprender desde un marco legal estatal, si no se quiere violar la Constitución.

El objetivo del PP de Rajoy es que las herencias a favor de los hijos, descendientes y adoptados menores de 21 años dejen de tributar a partir de enero. Para los descendientes mayores de 21 años, los padres y los cónyuges, la eliminación del tributo hasta su práctica desaparición en el 2007 será paulatina: reducción del 25% en el 2005, del 50% en el 2006 y casi total al año siguiente.

Todo apunta a que la medida se limitará a los hijos, padres y cónyuges. Al resto de colectivos que hereden se les aplicará el gravamen actual. El tipo máximo es el 34%, aunque habitualmente se incrementa debido a los denominados coeficientes multiplicadores, que se aplican, por ejemplo, cuando el heredero es tío o sobrino del fallecido y además disponer de un patrimonio considerable.

El líder regional del PP, Carlos Floriano, ha anunciado que presentará iniciativas parlamentarias para suprimir el impuesto a las familias extreneñas. Y el portavoz de la Junta, Manuel Amigo, también ha dejado claro que no aceptará la eliminación pero sí una reforma para que se pague en función de la capacidad económica de cada ciudadano. El debate sigue.