El tabaco es un filón para Hacienda. La fuerte presión fiscal que soportan las ventas de cigarrillos y puros, unida al incremento de precios para el público en los últimos años, ha disparado la recaudación del Ministerio de Economía y Hacienda en Extremadura en la última década. Según datos facilitados a este periódico por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, entre 1993 y el 2003 --último año con datos disponibles-- la recaudación total que han dejado las ventas de tabaco en Extremadura en las arcas de Hacienda ha pasado de 58,9 a 160,9 millones de euros.

Esto significa que los impuestos generados por las ventas de tabaco --que se reparten entre el Estado y las comunidades autónomas-- casi se han triplicado entre 1993 y el 2003. Este avance espectacular no se ha debido a un aumento de las ventas, según los datos oficiales que maneja el Comisionado del Mercado de Tabaco, sino por la vía de la subida de los precios. O lo que es lo mismo, se vende menos tabaco en los estancos pero Hacienda recauda el triple.

SUBEN LOS PUROS Las ventas de cigarrillos en estancos han pasado de 117,4 millones de cajetillas a 112,4 millones, lo que supone un descenso de algo más del 4% en los últimos diez años. Sin embargo, las ventas de puros casi se han duplicado en la última década al pasar de 11 a 21,8 millones de unidades.

El importe de las ventas de cigarrillos y cigarros --a precios de estanco-- en Extremadura ha pasado de 92 millones de euros en el 2003 a 229,4 millones, lo que supone más del doble. De esta última cantidad, 160,9 millones son impuestos (el 70%). Estas estadísticas oficiales reflejan lo paradójica que es la actuación de las administraciones con respecto al tabaco, pues por un lado supone una fuente jugosa de ingresos fiscales pero por otra representa el origen de un capítulo importante del gasto sanitario.

Los impuestos que gravan las ventas de tabaco en España son recaudadas por Hacienda, que cede una parte a los gobiernos autónomos. Los casos de Navarra y País Vasco son especiales, puesto que cuentan con marcos tributarios singulares. La presión fiscal que soportan los fumadores hace que los estanqueros se consideren meros recaudadores de impuestos, ya que el 70% de su facturación va a parar al fisco.

De los 160,9 millones que suponen este 70%, la mayoría --129,2 millones de euros-- son impuestos especiales y los restantes 31,7 millones de euros son IVA. Del total de los impuestos especiales, el 60% se lo queda el Estado y el restante 40% se lo cede a la comunidad autónoma.

Según los datos que maneja la Consejería de Sanidad y Consumo, en Extremadura existen en torno a 400.000 fumadores. Las encuestas realizadas entre la población apuntan a que en torno al 43% de los habitantes de la región que tienen entre 15 y 65 años admiten haber fumado en el último mes.