A los 26 años, a Cristian el embarazo de su mujer le cambió la mentalidad (ahora tiene una niña de tres meses). Así que en tan sólo un año se sacó el primer y el segundo curso de manera conjunta y con el título bajo el brazo ha comenzado a trabajar desde hace dos meses como agente de seguros.

"Me enteré por los profesores, que me animaron a apuntarme después de unos años donde estaba un poco perdido, pero me lo tomé tan en serio que estudiaba todas las tardes y me he sacado los dos cursos a la vez después de haber dejado el instituto hace algunos años", comenta Cristian, que muy pronto, con 14 años, ya conseguía algunos trabajos relacionados con el mundo de la construcción. Pero eso se acabó. Niega a su vez que se apuntara para conseguir los 1.000 euros de premio. "Ha sido una experiencia muy positiva y no tiene nada que ver el dinero sino la oportunidad de intentar asentarte en la vida, de hacer cosas, de optar a trabajar de forma más seria", añade este joven padre ya orgulloso de sí mismo.