Una persona perdió la vida ayer y otras cuatro resultaron heridas de diversa consideración al precipitarse un helicóptero a las aguas del río Guadalquivir, entre las localidades sevillanas de San Juan de Aznalfarache y Gelves. Dos de los heridos eran naturales de Extremadura: L. R. M., de unos treinta años de edad y vecino de Cáceres; y M. M. C., nacido en Zafra pero con domicilio en Andalucía, aunque la Delegación del Gobierno en esta comunidad autónoma no pudo confirmar ayer con total seguridad la identidad de este segundo ocupante.

Ambos heridos presentaban politraumatismos y permanecen ingresados en el Hospital del Rocío de Sevilla, aunque su estado no reviste peligro. El herido de mayor gravedad es el piloto del helicóptero, que sufrió la rotura de las dos piernas.

La aeronave, perteneciente a una empresa privada de transporte aéreo, cayó al Guadalquivir alrededor de las diez de la mañana por causas desconocidas. El suceso fue presenciado por varios usuarios de la carretera que discurre paralela al río, que alertaron a la Guardia Civil del percance. Una persona que en ese momento tripulaba una lancha por el río rescató a los cuatro heridos y los trasladó hasta el cercano puerto de Gelves.

POR ENCIMA DE LAS CASAS Testigos presenciales observaron como el helicóptero iba perdiendo altura hasta caer al agua. Al parecer, el piloto, en su intención de evitar que el accidente se produjera en la población, dirigió el aparato hacia el río, momento en que pasó por encima de varias casas y una parte de las hélices del rotor chocó con la cornisa de una de ellas.

La firma propietaria del helicóptero siniestrado aseguró que el aparato estaba en perfecto estado y que no había tenido que ser reparado recientemente. El vuelo que sufrió el accidente era de carácter comercial y tenía como destino el aeropuerto de Málaga, en un servicio que cada uno de los pasajeros había contratado por separado.

Efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil rescataron varias horas después del suceso el cuerpo del único fallecido, que se encontraba atrapado en el interior de la cabina del helicóptero, a entre siete y ocho metros de profundidad. La operación de rescate se prolongó durante unas tres horas y fue de gran dificultad, debido a las fuertes corrientes, a la oscuridad bajo el Guadalquivir y al peligro de que los buceadores quedaran atrapados entre el fuselaje del aparato.

La aeronave se encuentra aún en el fondo del río, pero debidamente señalizada, puesto que se trata de un tramo navegable. La compañía dueña del aparato ya ha mostrado su intención de reflotarla en los próximos días.