El hermano mayor educó al menor. Y el menor le sobrevivió. El primero fue escultor y el segundo pintor. Uno no salió nunca de Los Santos Maimona. El otro, sí y esto le permitió algunas recompensas artísticas (premios, cargos), que le duraron poco: murió en 1948 a los 42 años. Su hermano vivió hasta 1983.

Los hermanos Alejandro y Mauricio Tinoco forman una rara alianza familiar artística, a la que homenajea el Museo de Bellas Artes de Badajoz en una amplia exposición de 115 obras (35 esculturas y 75 pinturas), que resumen la trayectoria de estos artistas extremeños, figurativos, tradicionales, representativos de la creación en la comunidad autónoma.

TRABAJOS PREPARATORIOS Comisariada por el propio director del museo, Román Hernández Nieves, la muestra reúne además bocetos de los trabajos preparatorios de Mauricio Tinoco, el escultor, y sus retratos y esculturas de animales. De Alejandro se enseñan sus dibujos, retratos, naturalezas muertas, sus pinturas sobre el mundo infantil y la obra religiosa.

Mauricio, nacido en 1906, estudió en Sevilla y el padecimiento de una tuberculosis marcó su trayectoria (renuncia a materiales como el mármol, corta producción y reclusión en Los Santos).

Sin embargo, la reclusión no fue total y pasó varias estancias en Madrid y en Sevilla, donde dio clases de escultura a partir de 1940 en la Escuela Superior de Bellas Artes. Fue entonces la época de los reconocimientos, entre ellos la Segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1943 y su nombramiento como académico en la academia sevillana Santa Isabel de Hungría.

Alejandro, que nació en 1912, recibió la formación de su hermano, a lo que unió sus propias dotes artísticas para desarrollar una pintura personal que evolucionó desde el costumbrismo a un puntillismo propio. Su taller estaba paredaño al de su hermano hasta la muerte de este y durante su vida desempeñó el papel de gestor del patrimonio agrícola familiar.