"Creer que algo nos pertenece, aunque hablemos de personas gusta mucho al ser humano. Pero nada más lejos de la realidad. El cariño de un hogar familiar, que es lo único que necesitan los niños que esperan ser acogidos, no se consigue porque madre e hijo compartan apellidos. Para quererlo no hace falta que te unan lazos de consanguinidad". Así resume la pacense Egipciaca Pizarro su experiencia como madre soltera de acogida durante una década.

Cuando Nieves tenía solo 9 años empezó a formar junto a ella la familia que hoy son. Ahora esa pequeña niña que estaba "falta de cariño" es una joven de 19 que, pese a concluir con la mayoría de edad el régimen de acogimiento, sigue unida a su madre de acogida. Ahí está el cariño del que hablaba Egipciaca al principio y con el que intenta animar a las familias extremeñas a acoger a los menores tutelados. Es lo que lleva meses haciendo la Administración, llamando la atención de las familias, sobre todo de aquellas que no tienen ningún lazo con el menor a proteger, para que participen en el programa de acogimiento, porque es necesario. De los 752 menores que están bajo la tutela de la Administración regional, 327 conviven con familiares y solo una veintena lo hace en hogares que le son totalmente desconocidos.

"En la región sigue muy anclado el patrón cultural del acogimiento por parte de otros familiares que sustituyen en el ejercicio parental, pero son pocas aún las familias, sobre todo ajenas --que no tienen parentesco alguno con el niño-- que se dirigen a esta Administración pidiendo acoger, por eso seguimos haciendo llamamientos de captación como el que se puso en marcha hace unos meses", señalan en la dirección de Inclusión Social, Infancia y Familia. La situación no es nueva y se repite desde el inicio del programa hace casi dos décadas.

Y es que las opciones para vivir con una familia, que es la medida más aconsejada en estos casos, se reducen para aquellos chavales que no tienen alternativas familiares. Ante esta situación, la Junta ha echado mano de colectivos dedicados a la adopción para llamar la atención de padres que puedan estar interesados. Uno de ellos es la Asociación Nacional para la Defensa del Niño (Andeni) en Extremadura, una agrupación que en un primer momento se encargaba de asesorar únicamente sobre adopciones en China; ahora lo hace en cualquier país y en España y también busca dar apoyo e información a las familias de acogimiento.

Según su portavoz, José Reiné, este régimen en familia ajena sufre un gran déficit en la región por dos factores: la paradoja del deber del acogimiento, "solventar todas las carencias del menor afectivas, emocionales, sanitarias, educativas con fecha de caducidad"; y el absoluto desconocimiento de las necesidades que existen en este ámbito. Reiné también habla de posibles soluciones que dan expertos del país. Por un lado, la necesidad de hacer saber a la sociedad esta situación deficiente; y por otro, la concesión de ayudas a las familias de acogidas para sufragar los gastos, puesto que es la mejor medida para el menor y porque además resultaría más rentable que mantener a los niños en una institución.

Pese a que la mejor medida de protección para un niño según Reiné "es estar con una familia", menos de la mitad de los menores viven en hogares. De los 752 menores tutelados por la Junta 425, el 57%, viven en pisos tutelados, en algunos de los ocho centros de acogida de la región o en centros especializados tanto fuera como dentro de la región; el resto conviven con familias de acogida.