Todo comenzó el 17 de agosto de 1979 en Torremejía. Unas mil personas se arremolinaban en el cementerio viejo, hoy jardines de la Libertad. En el punto señalado por algunos testigos, se comenzó a cavar. Aparecieron los restos mortales de 33 vecinos fusilados el 14 de septiembre de 1936, a las 15.00 horas. Era la primera vez que en la democracia española se exhumaban los cuerpos de fusilados en la Guerra Civil. Ayer, se celebró un homenaje en la fosa del cementerio nuevo del pueblo. En ella, descansan los 33 vecinos bajo una placa donde se pueden leer sus nombres tras una frase que dice: "Fusilados por el fascismo el 14 de septiembre de 1936".

El alcalde de Torremejía en 1979 era Benito Benítez que, junto al edil de Alcorcón, era el único alcalde democrático español de la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT). Y Benítez pagó cara su osadía. Meses después de ocupar el cargo de alcalde, atendió la petición de los familiares de los fusilados de rescatar los restos de los suyos de la fosa común y trasladarlos al nuevo camposanto de la población. El alcalde propuso esa medida en un pleno municipal, en el punto de ruegos y preguntas. Era el día 28 de junio de 1979.

En septiembre, tras realizar el traslado, el concejal de UCD, Julián Membrillo, denunció al alcalde por la exhumación de los restos y el Gobierno Civil de Badajoz hizo lo mismo, pero éste por presunta malversación de fondos, ya que acusaba al alcalde de utilizar a trabajadores del empleo comunitario para hacer los trabajos de descubrimiento de los 33 cadáveres.

Las responsabilidades subsidiarias del acusado quedaron fijadas en 50.000 pesetas y el juez ordenó el embargo de una vaca, única propiedad del edil. Comenzó un duro proceso judicial contra el alcalde que atendió la voluntad de su pueblo. "Lo volvería hacer, todo lo que se haga por la libertad merecerá siempre la pena", dice Benítez. En el juicio no estuvo solo. Recibió el apoyo de Angel Calle, entonces líder regional de la ORT, del diputado nacional Rodríguez Ibarra y de Juan María Bandrés, diputado por Euskadiko Ezkerra, quien pidió su indulto. Al final, la sentencia fue absolutoria.