Muero inocente y perdono. (...) Cuando sea posible, que se vindique mi nombre y se proclame que no fui traidor a mi patria. Mi credo fue siempre un ansia infinita de paz, el amor al bien y el mejoramiento de los humildes". Estas palabras fueron escritas por Juan Rodríguez Lozano, capitán de Infantería, horas antes de morir el 18 de agosto de 1936. Palabras que han marcado la vida del que hoy es secretario general de los socialistas en España, José Luis Rodríguez Zapatero, su nieto.

Juan Rodríguez, el capitán Lozano , era natural de Alange, --un pequeño municipio pacense conocido por sus baños termales--, donde había nacido el 29 de julio de 1893. Fue fusilado al mes de iniciarse la guerra civil por negarse a secundar el alzamiento de Francisco Franco. Sin embargo, el talante político y moral de este histórico del socialismo leonés quedó impregnado en su familia y en quienes le conocían.

Tal fue el impacto de su fusilamiento que los aviones franquistas se encargaron de difundirlo tirando octavillas en la zona republicana.

El capitán Lozano fue un militar profesional formado en la Academia General de Toledo y dicen que ha sido la segunda persona que más ha influido en la vida del hoy líder de los socialistas, quien guarda como oro en paño parte de una interesante biblioteca heredada de su abuelo.

Juan era hijo de Sebastián Rodríguez y Marcelina Lozano, ambos naturales de este pueblo extremeño en el que la familia Rodríguez Zapatero ha tenido casa hasta hace sólo unos años. "Fue el propio José Luis quien vino a cerrar la venta de la vivienda, en la que durante años estuvo la Cámara Agraria. Entonces sabíamos de sus vínculos con Alange, que era el diputado más joven en el Congreso, pero nunca pensamos que un día llegaría a ser el secretario general de nuestro partido", señala Juan Pulido, el alcalde socialista de esta localidad.

RECUERDO IMBORRABLE

Sobre la mesa de su despacho de Alcaldía, una fotografía dedicada de Zapatero compite con otra fecha imborrable en la vida política de Juan Pulido, la reunión que como máximo mandatario municipal mantuvo con el presidente autonómico, Rodríguez Ibarra. "Para nosotros es un orgullo que tenga sangre de Alange, que Rodríguez Zapatero tenga sus raíces además en un pueblo de izquierdas y socialista".

El capital Lozano fue siempre un ejemplo de fidelidad y coherencia con sus ideas, las mismas por las que perdió su vida. Decidió acabar con sus días de asueto ante las noticias de la sublevación militar del 18 de julio de 1936. Una vez incorporado a su destino, Juan Rodríguez fue enviado al Gobier-