El conflicto que sufre el pueblo saharaui ha provocado, desde finales de los años 90, una situación precaria y de escasez de alimentos en los campamentos de refugiados en los que se asienta esta comunidad africana que pone en riesgo su supervivienca. Una difícil situación que intenta aliviar la ayuda internacional.

Tal es el caso de la Asociación de Amigos y Amigas del Pueblo Saharaui de Extremadura, que desde el 2001 desarrolla en varios campamentos saharauis un novedoso sistema de ayuda: la producción de hortalizas mediante riego por goteo. El "Huerto de Extremadura" como lo conocen los propios saharauis, está situado al suroeste de Argelia, en la provincia de Dajla y funciona desde la primavera del 2002.

El impacto positivo de esta iniciativa pionera se amplió posteriormente con dos cultivos más ubicados en las provincias de Njaila y en Smara y se potenció el fomento de medio millar de huertos familiares y cooperativos. Pero, ¿pueden sembrarse hortalizas en pleno desierto del Sáhara? Pues sí. Gracias al agua de pozo en Djala, de un camión cisterna en Smara y del oasis de Njaila, se han obtenido remolachas, zanahorias, cebollas, alubias, melón o calabacines y "hasta tomates, en los dos invernaderos que se han implantado en cada uno de los huertos", según explica Ignacio Sánchez Pérez, técnico de la asociación que coordinar el proyecto en Extremadura. Su labor le ha llevado a experimentar de primera mano la evolución de las huertas por lo que se siente "orgulloso del trabajo bien hecho y de lo impresionante que es ver los huertos en medio del desierto, gracias al mérito del pueblo saharaui".

Más mujeres, mejor

Más de 80 saharauis sacan adelante con su esfuerzo los cultivos y la siembra de estas huertas extremeñas en Djala, Smara y Njaila, donde lo curioso no es que en condiciones extremas salga adelante la labranza, sino que la mayoría de los trabajadores son mujeres. Según Sánchez, la situación en la zona para la mujer es cada vez más esperanzadora y es el objetivo primordial del proyecto. "Desde administrativas a operarias, la mujeres van cobrando cada vez más protagonismo en la gestión de los cultivos, aunque aún ninguna ha estado en cargos directivos, sí es cierto que cada vez logran mejores posiciones".

Estos huertos abastecen a una población de 250.000 saharauis. "La producción se reparte entre toda la población. En nabos por ejemplo, se han producido en el 2008 unos 8.000 kilos de un solo huerto". Y van más allá, el reto ahora es poder cultivar hortalizas a partir de "semillas locales", señala. Otro objetivo primordial, además de ofrecer una cobertura alimentaria, es reducir la dependencia externa de los refugiados. El efecto humanitario de este proyecto es hoy una referencia internacional en la cooperación.