La compañía eléctrica Iberdrola considera que la construcción de una central térmica de ciclo combinado en Alange es necesaria para Extremadura, tanto por el previsible incremento de consumo energético en los próximos años como por la importancia de diversificar el mercado de generación. Así lo explica el proyecto presentado por la empresa ante la Dirección General de Medio Ambiente, a quien ha solicitado la autorización ambiental integrada.

El proyecto --que supondrá una inversión de 242 millones de euros-- explica que la central mejorará "la fiabilidad y calidad" del sistema eléctrico regional, tanto actual como futuro.

En este sentido, señala en un informe que entre 1999 y el 2003 la demanda energética creció en Extremadura un 51%, el doble que en el conjunto del país, mientras que está previsto que hasta el 2011 se incremente en al menos un 25% más. Esta cifra será mayor, añade, si finalmente se ponen en marcha la refinería y la ampliación de la siderúrgica previstas por el Grupo Gallardo. A esto se suma, señala el documento de Iberdrola, que en estos momentos el mercado eléctrico regional depende en exceso de la energía hidráulica, lo que añade "una considerable incertidumbre" cara al futuro.

Por todo ello presenta un proyecto para construir una central térmica de ciclo combinado en Alange, un lugar elegido por su cercanía con el embalse, el río Matachel, una línea de alta tensión y un gasoducto. La central tendrá una potencia neta de 850 Mw, con lo que aportará al sistema unos 6.800 Gw/h. Para ello consumirá gas natural y agua procedentes del gasoducto Almendralejo-Salamanca y del embalse de Alange, y se prevé la posibilidad de utilizar gasóleo como combustible. Para acceder al gasoducto Iberdrola tiene previsto construir un ramal de 7 kilómetros, mientras que la toma de agua se hará con una captación directa de entre 300 y 460 litros por segundo.

En el ámbito socioeconómico, está previsto que la construcción de la central --a 2,5 kilómetros del núcleo urbano de Alange y a 5,5 kilómetros de La Zarza-- genere una media de 400 empleos, una cifra que en determinadas épocas llegará a duplicarse. Una vez que esté en marcha sólo habrá 50 trabajadores.

Por lo que se refiere a su impacto sobre el medio ambiente, la compañía asegura que es la forma menos contaminante y segura de producción. En el entorno lo más afectado será el río Matachel, donde se devolverán las aguas utilizadas para refrigerar la planta. Iberdrola reconoce que aumentará su salinidad y que su temperatura aumentará unos tres grados.