Un plan de forma inminente y coordinada, para evitar que en poco tiempo haya que dejar de hablar de jamón ibérico de bellota, porque no haya bellota con la que cebar al animal; como tampoco habría corcho en la dehesa. Es la demanda con la que la Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber) acudió ayer al Ministerio de Agricultura para buscar una solución urgente contra la seca, la enfermedad que desde hace 15 años está devorando «sin piedad» a la dehesa en Extremadura y Andalucía, sin que se haya encontrado aún una solución al problema. Y de esa solución pueden depender sectores que genera millones y puestos de trabajo en la región.

«Es importante que haya conciencia en la administración de que la regeneración del arbolado y la posibilidad de conseguir árboles resistentes a la enfermedad es muy importante», defiende la secretaria técnica de Aeceriber, Elena Diéguez. Ella ha llevado ante la directora de Desarrollo Rural y Política Forestal, Esperanza de Orellana, la preocupación del sector por el avance del problema, el temor a las consecuencias que puede tener para el ibérico en un futuro cada vez más inmediato y el convencimiento de que la única manera de afrontarlo es con una estrategia única encabezada por el Gobierno central que permita hacer frente al problema de una forma más efectiva: «unir esfuerzos con un programa específico», era el planteamiento de la secretaria técnica del colectivo de criadores antes del encuentro de ayer.

Lo que ha encontrado por parte del Ministerio ha sido una «disposición» a poner freno al problema y una estrategia en forma de «grupo de trabajo» para abordar la enfermedad desde distintos frentes (estudiar tanto la patología de la seca como la recuperación y regeneración, el manejo y la viabilidad de las dehesas y la genética de las plantas para intentar que puedan resistir a la infección), con el propósito de encontrar una solución, según reconocía ayer tras la reunión.

«Ha sido una reunión muy satisfactoria», señaló Diéguez. De hecho Aeceriber prevé integrarse a partir de ahora en ese proyecto de estudio para aportar su experiencia, principalmente en cuanto al manejo de las dehesas, y también se baraja que dirijan un grupo operativo a nivel nacional en desarrollo e innovación, para hacer frente a la enfermedad.

encinas y alcornoques/ El problema de la seca lleva más de una década mermando las poblaciones de encinas y alcornoques. Ha habido varias investigaciones de distintos organismos y grupos, pero nunca hasta ahora una estrategia coordinada por el Gobierno central para dar una respuesta global.

La culpa de la infección es del patógeno phytophthora cinnamomi, que entra por las raíces, las pudre e impide que sean capaces de absorber el agua y los nutrientes, con lo que el árbol se va deteriorando hasta que muere. Desde que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, el árbol ya está sentenciado.

«La seca va avanzando sin piedad», recuerda Diéguez. Por ejemplo hay zonas de Huelva donde la enfermedad afecta ya al 30% de los árboles, proporción que supone una «tremenda barbaridad». En cuanto a Extremadura no hay datos actualizados de los ejemplares afectados por el patógeno, aunque el avance es también imparable y hay áreas con una presencia importante, según han constatado desde Aeceriber.

«Vamos a ver cómo va todo ahora, pero es importante que el Ministerio se lo tome en serio porque será un proceso largo», advierte Elena Diéguez, «y si no se actúa no vamos a poder hablar mucho más tiempo de los cochinos de bellota porque no se van a poder hacer».