La cadena sueca de muebles y decoración Ikea anunció ayer que no tiene "planes concretos a corto o medio plazo" para abrir alguno de sus establecimientos ni en Badajoz ni en ninguna otra ciudad de la región, como se ha especulado durante los últimos años. De hecho, la posibilidad de que la multinacional decida operar en Extremadura se ha emplazado hasta el 2015, cuando la empresa iniciará un nuevo plan de expansión.

Rodrigo Sánchez Flores, responsable de Comunicación de Expansión de la firma, declaró que esperarán a que termine el desarrollo del actual plan expansivo, cuyo plazo es del 2010 al 2015, un periodo en el que no está contemplado ningún plan de ubicación en la región. De este modo, Flores emplazó esta decisión a dentro de cuatro años y explicó que, entonces, revisarán su plan de expansión, estudiarán "cómo está el mapa en el país y como están funcionando las tiendas" y se plantearán si la comunidad extremeña puede estar "incluida o no" entre sus áreas de expansión.

UNA LARGA HISTORIA De momento, así se pone punto y final a las especulaciones que, desde julio de 2008, se venían manteniendo en torno la posible ubicación de una tienda o centro comercial de la firma sueca en la capital pacense. Y es que, desde que el Ayuntamiento de Badajoz hizo público que mantenía conversaciones con representantes de la empresa, varias ciudades extremeñas se lanzaron a la carrera por ver quién se llevaba el gato al agua haciendo alarde de todas las virtudes de que disponía la ciudad.

De esta forma, poco después de que Ikea anunciara su interés en la región, Mérida se posicionaba como candidata a albergar la nueva tienda. El consistorio emeritense también "tenía derecho a su fiesta" y anunciaba en julio de 2008 que mantenía contactos con la multinacional. Pero "donde caben dos, caben tres", y el Ayuntamiento de Cáceres también se coló en las especulaciones. La alcaldesa de entonces, la socialista Carmen Heras, desveló que había mantenido contacto "de forma indirecta" con el gigante del mueble. En apenas 20 días, las dos capitales provinciales y la autonómica habían entrado en la guerra por "la República independiente" de Ikea, generador de gran cantidad de puestos de trabajo.

Todo parecía indicar que Ikea se decidiría por Badajoz, la ciudad con mayor población y con una localización que abría las puertas al mercado portugués, ya que está próximo a la frontera con el país vecino. Sin embargo, el precio del suelo pacense no era tan barato como sus estanterías. El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, instó a los particulares pacenses a que fijaran precios reales por sus terrenos e, incluso, propuso a la empresa sueca cinco posibles emplazamientos para su tienda, destacando los terrenos de la Nacional V, por los que, en 2010, Ikea presentó una Declaración de Interés Regional.

Chamartín Inmobiliaria se unió al juego y, en 2009, compró una extensión de terreno que reunía los requisitos que buscaba el firma escandinava: medía más de 30 hectáreas, estaba junto a una autovía y había construído las comunicaciones pertinentes. Incluso ofrecía un precio más que ventajoso, según fuentes de la empresa.

Sin embargo, En 2010, el impacto de la crisis hizo a la empresa sueca anunciar la suspensión de los planes de instalarse en la ciudad, lo que suscitó un gran enfrentamiento entre Celdrán y el grupo socialista, quien instó al alcalde a crear un protocolo que colocara a la ciudad en un lugar preferente para ubicar la tienda. En febrero de este año, el mismo Celdrán, anunció en un mitin que "Ikea sí estaba interesada en la ciudad" pero no vendría "por la crisis", aunque la multinacional nuca lo expresó con tanta contundencia como lo hizo ayer. De este modo. los extremeños tendrán que seguir desplanzándose hasta Alcorcón, Sevilla o Lisboa si quieren comprar una mesa Stockholm .