La ampliación del Canal de Panamá va a favorecer un nuevo juego de esclusas para que los megabuques de mercancías asiáticas que actualmente no pueden utilizarlo por sus amplias dimensiones puedan hacerlo con hasta 12.000 contenedores a bordo. Hoy por hoy, los barcos que lo atraviesan, son notablemente más pequeños, llevan del orden de los 5.000 contenedores. El nuevo Canal de Panamá va a cambiar el sistema de transporte mundial, no sólo porque cruzarlo va suponer la opción más rápida y efectiva frente a las rutas tradicionales de Chile, Africa o el Canal de Suez, en Egipto, sino por la reducción de costes que va a traer aparejado, entre un 7 y un 17% por contenedor según los cálculos que realizan distintos operadores logísticos. Las previsiones que maneja la autoridad del Canal de Panamá cara a los próximos años resultan escalofriantes: duplicar los 280 millones de toneladas y los 14.000 buques anuales actuales que utilizan sus servicios.

Una vez traspasado el Canal de Panamá, es donde entra Sines y Badajoz. Los buques quieren llegar a Europa, pero sus puertos tradicionales como Róterdam están más que saturados. Sines juega aquí un papel fundamental por su todavía baja utilización y los tiempos que maneja para descargar un buque. Hay que tener en cuenta que un barco pierde hasta 20.000 euros por cada día de espera para el desembarco de sus cargas. Y ante eso, las navieras buscan opciones.