La mejor prueba de las dificultades por las que atraviesa el sector de los biocombustibles está en el ámbito de la producción. De las cerca de medio centenar de plantas de biodiésel proyectadas en España hace cuatro años, apenas la mitad han logrado pasar del papel a las obras y su puesta en funcionamiento. Sin embargo, muchas de estas últimas han tenido que parar ante la falta de rentabilidad. Desde el sector aseguran que pierden dinero al producir cada litro de biodiésel dada las diferencias de precios en el mercado internacional y, sobre todo, por las condiciones impositivas (impuestos) existentes en España.

Este es el motivo por el que la fábrica de biocombustible construida por Green Fuel en Los Santos de Maimona no ha comenzado a operar todavía. Con una inversión de 30 millones de euros y una capacidad de producción de 110.000 toneladas de biodiésel al año, la planta debería haber empezado a funcionar hace un año. Pero, según confirma el alcalde santeño, José Santiago Lavado, sólo "se ha realizado el periodo de pruebas, con resultados positivos, y actualmente está parada con labores de mantenimiento porque los promotores nos han comunicado que es un momento difícil y no pueden perder más dinero del ya invertido". No obstante, la compañía ha asegurado al ayuntamiento que, en cuanto la situación del sector mejore, la fábrica podrá empezar a carburar .

Algo distinta es la situación de la otra planta de biodiésel existente en la región, la impulsada por Bioenergética Extremeña en Valdetorres. En su caso, a la coyuntura sectorial y tributaria, se suman dificultades por las deudas originadas por el constructor con las subcontratas y acreedores. Entre unas cosas y otras, Bioenergética se ha visto afectada por un concurso de acreedores que está a punto de finalizar, apunta Pablo Guerrero, su director de compras. Ello ha repercutido en la producción, aunque la empresa ha podido suministrar biocarburante a algunos clientes importantes. Por tanto, la planta no funciona a pleno rendimiento, pero no está parada. "Teníamos contratos importantes, pero los retrasos y los problemas originados en la construcción nos perjudicaron", sostiene Guerrero, que asegura que, pese a todo, no han tenido que despedir a ningún empleado.

Desde Bionergética Extremeña critican el alto coste que tiene para las empresas españolas los impuestos especiales sobre esta actividad y que, para las mezclas de gasóleo convencional (hasta 5% de biocombustible), se esté utilizando biodiésel fabricado fuera del país mientras las plantas españolas se ven obligadas a cerrar, parar o prescindir de trabajadores.

Otros proyectos

Al margen de estas dos, actualmente se está construyendo otra planta, en este caso de bioetanol, en Villanueva de la Serena. Es una iniciativa promovida por la compañía Albiex y, de acuerdo con la documentación aportada, la instalación tendrá una capacidad de producción de 100.000 toneladas anuales. Pero además, según apuntan desde la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, están en tramitación dos proyectos más: el del Parque Tecnológico de Almendralejo, con una planta de biodiésel y bioetanol capaz de alcanzar las 250.000 toneladas al año y una inversión de 100 millones; y otra en Mérida, promovida por Ambene Biocarburantes, con una producción prevista de 8.000 toneladas.