El Hospital Infanta Cristina dio ayer el primer paso para conseguir un nuevo objetivo: realizar trasplantes renales de donantes vivos, algo que no se hace en Extremadura. El hospital acogió en una jornada a expertos de varios hospitales españoles que explicaron los aspectos médicos y quirúrgicos de este tipo de trasplantes y recibió el beneplácito de la consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto, para que el Servicio de Nefrología empiece a trabajar en este sentido.

Desde que en 1990 se pusiera en marcha el programa de trasplantes renales, se han alcanzado ya (el pasado mes de enero) los 500, un "hito" en un programa que se considera consolidado, por lo que el Servicio de Nefrología, con la colaboración de la Gerencia del Area de Salud de Badajoz, celebró ayer una jornada conmemorativa de los 500 trasplantes renales.

En esta jornada, que fue clausurada por la consejera de Sanidad, se presentaron los resultados obtenidos en estos 17 años y se conoció la situación actual de los trasplantes de donantes vivos a través de especialistas como los doctores Federico Oppenheimer Salinas y Ricardo Alvarez Vijande, del Hospital Clínico de Barcelona. También participaron médicos del Hospital Marqués de Valdecillas, de Santander; del 12 de Octubre, de Madrid; del Hospital La Fe, de Valencia; y del Virgen del Rocío, de Sevilla.

Los resultados logrados por el Infanta Cristina en estos 17 años, tanto de supervivencia de los pacientes como de los injertos, "son aceptables y comparables a los del Registro Andaluz de Trasplante Renal", según el jefe del Servicio de Nefrología, Juan José Cubero, quien explicó que "el 71% de los pacientes que recibieron un riñón en estos 17 años siguen vivos y el 50% de los órganos trasplantados siguen funcionando". Muchos de los pacientes a los que no les funcionó el trasplante han podido seguir viviendo con la diálisis.

INFORMAR A LOS JUECES El hospital pacense "está preparándose" para hacer trasplantes de donantes vivos "y éste es el primer paso" pero antes hay que realizar una serie de trámites, como acreditar al hospital, informar a los pacientes, pasar el comité de ética, informar a los jueces, que deben autorizarlo, y hay que montar la infraestructura necesaria, "que realmente es muy parecida a la del trasplante de donante muerto", según Cubero, quien reconoció que se trabajará para ver si en el 2009 se pueden hacer estos trasplantes.

Para el jefe del Servicio de Nefrología "lo más importante de todo es ver cómo vamos sacar los riñones a los donantes vivos sin hacer daño". Existen dos técnicas, la clásica que es una lobotomía y otra menos cruenta que es la laparoscópica, "para lo que hacen falta manos más expertas y para eso están los cirujanos".

Por su parte, la consejera recordó que el hecho de que haya menos donantes jóvenes, debido al descenso de muertes en accidente, dificulta la situación a los receptores, por ello considera que hay que apostar por implantar trasplantes de donantes vivos una vez que se ha consolidado el trasplante. "Nuestra disposición es total, pero hay que asegurar el éxito y la técnica para asegurar la salud del donante".

HACE 17 AÑOS Juan José Cubero fue uno de los especialistas que promovió el programa de trasplantes renales en el Infanta Cristina y ayer recordaba cómo en 1986 se hicieron las primeras extracciones de órganos y en 1990 se realizó el primer trasplante renal. "Las cosas fueron razonablemente bien, a la mujer receptora le funcionó el riñón durante muchos años".

Angel Abengorza, médico adjunto, destacó la importancia de los fármacos inmunosupresores, "claves" en este proceso para evitar el rechazo y normalizar la vida del paciente.