Los baluartes de la cara norte del Castillo de Luna, en Alburquerque, se convirtieron durante casi dos horas, por décimo año consecutivo, en la Jerusalén de la época de Jesucristo y Pilatos. Un entorno privilegiado donde, en seis escenarios naturales, más de cien vecinos representaron a lo largo de doce escenas los últimos momentos de la vida de Jesucristo.

Pero Alburquerque no es el único municipio extremeño cuyos vecinos han representado la pasión de Jesús. Desde Oliva de la Frontera, cuya Pasión está declarada de interés turístico regional, a Guadalupe o Casar de Cáceres, la teatralización de este acontecimiento histórico va in crescendo .

El director artístico de la obra alburquerqueña, Rafael Fenoll, aseguró sentirse muy satisfecho tras la representación. En este décimo aniversario se han potenciado las distintas escenas: expulsión de los mercaderes del templo, el encuentro con María Magdalena, la samaritana, entrada triunfal en Jerusalén, última cena, oración en el huerto de los olivos, prendimiento, juicio ante Caifás y los sumos sacerdotes, juicio ante Pilatos, calvario, crucifixión y resurrección.

El fervor religioso y la dramatización de unos hechos históricos bien conocidos por el público, además de la comodidad que ofrece la nueva localización de la obra, junto a la torre de Bacas, ayudaron a alcanzar un éxito que solo se vio empañado en parte por el viento. Estos escenarios consiguen dar una verosimilitud impresionante a los momentos centrales en la vida de Jesús, que emocionaron los asistentes, especialmente durante la crucifixión y la resurrección.

Otro de los puntos de interés fue Casar. Más de 50 actores amateurs tenían previsto escenificar ayer la pasión y muerte de Jesús junto a la Ermita de Santiago. Dirigida por José María García, hubo efectos especiales de sonido e iluminación, con el objetivo de que los asistentes se envolvieran en un clima de "profundidad y meditación".

En Oliva, el municipio con más experiencia en estas lides, el acontecimiento data de 1976 y ha vuelto a congregar este año a miles de personas. Mientras, en Guadalupe, el auditorio del monasterio acogió una representación de nuevo cuño bajo la dirección de Juan García Pérez, con el guión de Francecs Martí.