El poeta y traductor (Gijón, 1967) presenta hoy en Villanueva de la Serena su diario ´La vibración del hielo´, que publica el sello extremeño Littera

En 1998, Jordi Doce era lector de español en la Universidad de Oxford. De lo que ocurrió durante ese año da cuenta en La vibración del hielo , un diario que ha publicado el sello extremeño Littera, a propuesta de los editores José María Cumbreño y Antonio Reseco. En las notas de este libro a caballo entre Inglaterra y España su autor, con un lenguaje poético, va dejando constancia de sus lecturas, de los efectos del tiempo en la naturaleza y de sí mismo.

Próximo a Extremadura, "creo que es el lugar donde tengo más amigos y conocidos, junto Tenerife", Jordi Doce es poeta y traductor. Ha publicado los poemarios Lección de permanencia , Otras lunas y Gran angular . En prosa ha publicado Hormigas blancas , Imán y desafío y Curvas de nivel . Tiene un blog: http://jordidoce.blogspot.com

--Vivió en Inglaterra hasta el año 2000. ¿Por qué de entre todos los años ingleses escogió 1998?

--Por ninguna razón especial. Escribo un diario hace años y suelo ir publicándolo en pequeñas dosis y en pequeñas colecciones. Entonces los editores de Littera me ofrecieron la colección y seleccioné las notas de ese año.

--¿De qué manera han determinado esos años ingleses su vida, su literatura?

--Sin duda que han marcado. Me fui con 25 años y regresé a España con 33. Allí trabajé en la universidad e hice mi tesis doctoral. Fue una época de una juventud prolongada; de proyectos, de ideas. Aunque se hace hincapié en esto cuando me preguntan, lo anglosajón no ha sido lo único que me ha formado.

--Dice que no anota lo vivido si no es para ampliarlo.

--Bueno, no me invento nada. Lo que está ahí es lo que he vivido y pensado. No creo en la escritura como un retrato pasivo de la vida, un reflejo inerte de ella, sino como otra forma de vida, otra dimensión del vivir. Y esa escritura te abre puertas y te lleva a lugares en los que no habías reparado antes. Siento que escribiendo pienso mejor o pienso con más exactitud.

--No es un diario íntimo.

--No lo es. Ese tipo de diarios se publican cuando el autor ha muerto. En otros casos, uno es pragmático porque sigue viviendo y siguen viviendo las gentes de las que se escribe. Así que no he incluido notas que pudieran molestar. Aunque puede decirse que, en un sentido, el diario es íntimo, pues habla de mí, cuenta de mi vida, de lo que veo, de mis lecturas...

--¿Es lector de diarios? ¿De qué diarios?

--En España, sobre todo de los de César Simón, de los de Andrés Sanchez Robayna, de partes del diario de José Carlos Llop, de los primeros de Andrés Trapiello, de los de José Jiménez Lozano. Y de fuera los de Kafka, Cheever, Camus...