Con una visión un tanto altruista del sindicalismo, que casi considera un hobby que no entiende de horarios, José Fernández Vidal se dispone a afrontar su cuarto mandato al frente de CSI-CSIF Extremadura. Pero su trayectoria va más allá y llega al origen de este sindicato en la región, que surgió de varias asociaciones como la de profesores de Bachillerato, a la que Fernández Vidal pertenecía en 1985. Dos años después se convertía en el primer secretario de CSI-CSIF en la comunidad y ahora pretende despedirse del cargo de presidente regional con un impulso que sitúe a este sindicato en todos los foros de diálogo de la región.

--Al iniciar su tercer mandato como presidente de CSI-CSIF en Extremadura aseguró que no volvería a optar a este cargo, ¿por qué cambió de opinión?

--En aquel momento creía que ya era hora de dar el relevo, pero llegados a este punto no ha habido ninguna persona o personas que pudieran llevar a cabo esa labor. Yo me siento con fuerzas y todavía no tengo edad de jubilarme, además de que creo que esta legislatura es muy importante para CSI-CSIF aquí en Extremadura, porque aún quedaban algunos flecos pendientes que, después todo el periplo que llevo en el sindicato --desde que nació, prácticamente en mi casa ya que no teníamos ni sede, hasta ahora, cuando ya contamos con ocho sedes y más de 150 trabajadores y 11.000 afiliados--, que rematarían mejor la faena: dejar un sindicato totalmente consolidado para servir a todos los trabajadores extremeños.

--Además, se ha presentado con la misma ejecutiva y sin oposición. ¿No le preocupa que le acusen de inmovilismo?

--No, porque lo que hay es continuidad. Las cosas van bien, hemos mejorado los resultados, hemos ampliado las sedes, ha aumentado la afiliación... Puede haber una renovación mínima en los objetivos, pero las personas pueden seguir siendo perfectamente las mismas.

--¿Cuáles son los flecos por los que decidió seguir trabajando?

--Creo que en Extremadura CSI-CSIF tiene que profundizar en la comarcalización, para acercar el sindicato a los trabajadores en su centro laboral. Pienso que ese proceso, que ya hemos iniciado, es fundamental y hemos avanzado mucho en el mismo en la última legislatura, gracias a las ocho sedes comarcales que tenemos abiertas y con personal suficiente.

Otro objetivo primordial es la expansión, llevar el modelo de CSI-CSIF a todos los trabajadores. Con la extensión que tiene esta región, tenemos que tener recursos humanos suficientes para poder ir a todos los sitios y visitarlos y atenderlos allí... Eso queda para crear ese tejido que debemos tener para mejorar nuestros resultados.

--¿Cómo los valora actualmente?

--Tenemos unos resultados maravillosos. En la parte pública somos el primer sindicato en Extremadura y tenemos una representatividad del 25%, que está muy bien. Nuestra parte más floja es la empresa privada, por la falta de recursos para poder acudir a todos los procesos electorales. Hay muchas empresas y los trabajadores están muy dispersos, entonces ahí se eligen muchos delegados a los que no podemos llegar.

--¿Sitúa el sector privado, entonces, como reto en este mandato?

--Sí, con la administración local.

--¿Por qué los ayuntamientos?

--Porque son muchos y en ellos se eligen muchos delegados, sobre todo en personal laboral, y a muchos sitios no llegamos por falta de gente. Por eso, nuestra intención es crecer sobre todo en la administración local y en la empresa privada para --como tercer gran objetivo-- tener en los próximos procesos electorales el 10% que marca la ley para poder estar en todos los organismos institucionales de Extremadura. Un acceso que nos niegan las instituciones por esas décimas que nos faltan (actualmente tenemos 550 delegados, que suponen el 9,67% del total de la región) y que nos dejan fuera del Consejo Económico Social, del Plan de Empleo, del Consejo Regional de Educación, de Sanidad, etcétera. Mi objetivo es superar con creces ese 10% para que, por derecho, estemos en todas las instituciones y llevemos a ellas nuestro mensaje.

--¿En qué se concreta el mensaje?

--En ser un sindicato moderno, independiente, profesional, que no se mete en política, sin ideología aparte de la profesionalidad del trabajador, sin mirar el signo del empresario ni de la Administración. No pedimos el voto para nadie, ya que distinguimos la vida sindical de la del ciudadano. Yo no le pregunto a mis compañeros a quién votan, sino que nos preocupamos por los problemas que tienen los trabajadores y cómo desde un sindicato totalmente profesional e independiente, cómo los podemos arreglar y mejorar sus condiciones de trabajo.

--Para ello, siempre ha apostado por el diálogo.

--Esa es la base de nuestro sindicato. Personalmente estoy convencido de que un conflicto se resuelve dialogando, diálogo significa aportar alternativas, soluciones, a resolver los conflictos que pueden surgir.

--Una opción difícil de defender si le excluyen de ciertos foros.

--Evidentemente. Nosotros pretendemos estar en todos los foros de diálogo como, por ejemplo, el que se firmó después de las elecciones autonómicas entre los empresarios, CCOO y UGT y la Junta. Nosotros hemos solicitado entrar en ese foro de diálogo social, puesto que entre los empleados públicos somos el primer sindicato y en la empresa privada tenemos una representatividad que no llega al 10% pero en algunos sectores estamos bastante introducidos, pero no podemos hacerlo sin sobrepasar la barrera del 10%, que marca la ley.

Por otro lado, hemos pedido a la Junta crear un foro de diálogo social para las administraciones, puesto que está próxima una etapa de modificaciones profundas en toda la modernización de la administración y sería conveniente que ahí estuviéramos todos los sindicatos y la administración. Están estudiando cómo lo podemos a hacer, porque ahora se va a elaborar una ley de función pública y ese foro --que ya se llevó a cabo en el 2004 a nivel nacional-- proporciona (gracias a las iniciativas que se plantean, los debates...) más garantías de éxito.

--¿Qué ha fallado en el diálogo de la Administración de Justicia para que se haya superado el mes y medio de huelga?

--Falla fundamentalmente la cerrazón que ha tenido el Ministerio en este caso, que ha estado completamente cerrado a las reivindicaciones y a la negociación con los cuatro sindicatos (CCOO, UGT y STAJ, aparte de CSI-CSIF). Ha habido reuniones (negociación prácticamente no ha existido) de siete u ocho horas para nada, porque el Ministerio no se ha movido. Entonces, si no hay movimiento ante una causa tan justa como es que la homologación entre los trabajadores de las distintas autonomías. De hecho, nosotros queremos que las transferencias vengan aquí para no tener este problema, pero la Junta no va a aceptar cargar con el problema.

--Desde luego, el traspaso parece más difícil que nunca.

--Es imposible, porque una transferencia tiene que venir dotada económicamente. Nosotros estamos de acuerdo con que la gestión pase a la Administración autonómica, que está más cercana al trabajador, se puede dialogar mejor con ellos, pero estos no pueden admitir una transferencia que venga mal dotada económicamente.

--¿Se prevé que la solución podría llegar pronto?

--Sería necesario, porque aparte de los problemas de los compañeros que están en huelga, los ciudadanos tienen paralizados los trámites para poder cobrar, reclamar cosas... Está perjudicando muy gravemente a la ciudadanía. Por eso, le pedimos al Ministerio que lo tome en serio, que no es un pulso a ver quién aguanta más, sino que hay un problema y que se sienten de verdad con ganas de resolverlo. La culpa la tiene única y exclusivamente el Gobierno central a través del Ministerio de Justicia.