El señor Cuesta de ´Aquí no hay quien viva´ queda ya atrás. Ahora es Piñón, que se finge gay en la obra teatral ´Al salir del armario´, que mañana se presenta en Cáceres

Hasta que apareció como el señor Cuesta de Aquí no hay quien viva , José Luis Gil (Zaragoza, 1957) era uno de los dobladores más reconocidos. Hugh Grant, Woody Harrelson o el Buzz Lightyear de Toy story han pasado por su voz.

-- Al salir del armario es una obra sobre la hipocresía y la doble moral.

--Sí. Pero no es una función sobre la homosexualidad ni reivindicativa de ese sector social. Es un pretexto para una comedia con trasfondo sobre alguien que al verse obligado a fingirse homosexual se va descubriendo a sí mismo como es realmente. A mí me apetecía ahora hacer una comedia de este tipo, que pudiera disfrutar el público y que yo me lo pasara bien en el escenario.

--De usted puede decirse que su vida es enteramente la de actor.

--Pues sí. Empecé de niño trabajando en televisión. Aparecí en telenovelas como la versión de El conde de Montecristo o en obras de teatro de Lope de Vega. Entre los 11 y 14 años hice muchos papeles pequeños como actor infantil. Luego, a los 17 años decidí dedicarme por entero a la actuación y casi enseguida recalé en el doblaje, porque entonces había una avalancha de nuevos actores jóvenes, como Tom Hanks, y necesitaban voces nuevas. Una empresa me contrató en exclusiva, así que he estado casi 30 años como doblador. Y lo sigo siendo. Lo último que he hecho ha sido Donkey Xote .

--Y de repente cambió su vida con la serie Aquí no hay quien viva

--Pero no era nada previsto. Cuando empezamos a trabajar pensé que era una experiencia bonita y que si lo pasábamos bien sería estupendo, y si sólo duraba unos pocos episodios, también. Luego resultó que fue el público el que le dio el triunfo, porque la serie no tenía el apoyo de la cadena.

--¿Pensaba en la popularidad?

--No. Para un doblador significa el anonimato, que el espectador no asocie una voz con la cara de quien lo dobla. Así que cuando llegó la popularidad fue como un shock . Si llegan a decirme que su efecto iba a ser el que fue no hubiera hecho la serie. Pero nadie me lo contó. De manera que convertirme en popular lo asumí con resignación. Pero bueno, me ha pillado con una edad en la que ya no despego los pies del suelo. Además, yo me lo he pasado muy bien interpretando al señor Cuesta de Aquí no hay quien viva y ahora como Enrique Pastor en La que se avecina .

--Le ha servido para hacer teatro, por ejemplo.

--Claro que te abren las puertas. Estás en un escaparate. Y sí, hago teatro a consecuencia del éxito de televisión.

--¿Y uno lucha por desprenderse del señor Cuesta?

--No me obsesiona. Conozco a directores que me tienen estima como actor. Así que pensar que antes podían descartarme porque no tenía un nombre y ahora porque tengo popularidad es algo que me parto de la risa. Lo que me preocupa es hacer lo mejor posible el papel que tenga en cada momento.

--Ahora los artistas están en campaña electoral. ¿Le han llamado a usted?

--No. No soy partidario de hacer campaña política. Soy un ciudadano más y voto cuando toca. No tengo demasiada confianza en la clase política, sea de un signo o de otro. Casi puedo decir que voy de decepción en decepción.