Nacido en Badajoz, casi portugués y residente en Alemania, José Manuel Cotilla Conceiçao se acaba de estrenar como escritor, aunque hace décadas que empezó a interesarse por este oficio. 'Barcos de papel' es su primer trabajo y en él aborda la homosexualidad. La obra está dirigida al público adolescente, con el que pretende hacer su particular contribución al ámbito LGBT --lesbianas, gays, bisexuales y transexuales--.

--¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

--Cuando mis padres se separaron y comencé a plantearme qué debía hacer con mi vida, tuve que poner en una balanza qué era más importante, si salir adelante o quedarme estancado en toda aquella situación en la que me vi envuelto. Comencé a escribir para probarme a mí mismo que los sueños no desaparecen si uno no quiere. Sin embargo, si hay algo que definió el hilo argumental principal de esta novela fue mi primer amor, la pureza de nuevos sentimientos y sensaciones son las que plasmé con la mayor fidelidad en el manuscrito original. Esta historia no es un calco de mi relación, ni es parecida; pero contiene el espíritu inicial que considero importante transmitir.

--¿Es su primer trabajo?

--Sí. Tengo otra novela a medio camino, '199 to Canada Water', sin embargo, ésta la comencé hace apenas un año y se enfoca a un público bastante diferente.

--Dice que empezó a escribirlo cuando tenía 15 años, ¿por qué abandonó la escritura para retomarla trece años después?

--Las separaciones son difíciles y tuve que hacer bastantes sacrificios para volver a poder encauzar mi vida. Me pasé tres años sin conseguir terminar el mismo curso en el instituto y cuando vi que tenía que acabar con aquella espiral de caos, corté con muchas cosas y el libro fue una de ellas. Cuando comencé a trabajar y fui indefinido, tuve la estabilidad suficiente como para centrarme de nuevo en mí. Fue entonces cuando sopesé la idea de escribir de nuevo.

--¿Por qué ha que leer 'Barcos de papel'? ¿Qué aporta?

--Si eres un romántico empedernido te gustará volver a disfrutar de la experiencia única del primer amor, del amor adolescente y del despertar de las sensaciones y sentimientos que ese amor te hace sentir. 'Barcos de Papel' no es una novela homosexual, es una novela de misterio e intriga que da la casualidad de que sus dos personajes principales son homosexuales. Pero no es sólo eso, también es bisexual y heterosexual. 'Barcos de Papel' son sentimientos contenidos, es el ejemplo de cómo la vida te cambia y cómo a veces reaccionamos sin saber el por qué. Es naturalidad ante todo.

--¿Cree que sigue siendo un tema tabú la homosexualidad en el entorno adolescente?

--No creo que exista el mismo tabú que había en mi época. La sociedad ha avanzado a pasos agigantados en lo que respecta a tolerancia y normalización del colectivo LGBT en tan solo quince años. Creo que los jóvenes, a día de hoy, disfrutan de una libertad diferente, más democrática y menos artificial. La época del instituto suele ser la más dura, pero no deja de serlo para todos. Creo que hoy en día más y más jóvenes hacen las paces consigo mismo a una edad más temprana, viviendo su sexualidad como algo natural y sin dejar que esto sea un problema que ponga en conflicto su personalidad o sus aspiraciones en la vida.

--¿Qué falta en la sociedad para terminar de aceptar este tema?

--Diría que nos falta unidad. Creo fervientemente que España está lo suficientemente sensibilizaba al respecto y no se necesitan grandes campañas mediáticas a día de hoy para educar en la tolerancia y el respeto. Sin embargo, somos muy individualistas y no solemos meternos en conflicto ajeno. Solemos pensar: es cosa de ellos y ya lo arreglarán. Y por eso creo que debemos estar unidos. Que esa gran mayoría que nos apoya en sus pensamientos, haga oír su voz tras cada comentario o acto homófobo que presencien; si a eso le unimos nuestro esfuerzo por ser visibles y normalizar nuestras vidas, conseguiremos la unidad necesaria para avanzar juntos como personas en una misma sociedad.

--¿Qué opina de las medidas que el Gobierno quiere implantar a favor de la LGBT?

--Me siento orgulloso como español de que en mi país se reconozcan mis derechos y no me sienta una persona a la que se le conceden privilegios de prestado para callarle la boca. Considero que las leyes van a una velocidad trepidante y vamos en cabeza de conseguir esa deseada igualdad de derechos. Necesitamos educar en valores a nuestros hijos para que crezcan con ese sentimiento.

--Como extremeño, ¿qué le parece el acto de José Antonio Monago al colgar la bandera arco iris, aunque errónea, en la ventana de su despacho?

--Quiero pensar que ha sido todo un inmenso malentendido y que Monago la colgó con su mejor intención. Sin embargo, también tengo que ser honesto y decir que es francamente difícil encontrar el modelo de la bandera que colgó, que estadísticamente si vas a cualquier tienda o bazar, encontrarás la bandera correcta y no el modelo expuesto.

Políticamente en España, todo parece ser una de cal y una de arena; y sinceramente quiero pensar que esto ha sido un desafortunado malentendido por desinformación y hacer las cosas con prisas a un acto premeditado con el fin de mantener el apoyo de los más conservadores. No podemos olvidarnos que el señor Monago es un político y tiene un deber hacia el pueblo, por lo tanto si desea realizar cualquier tipo de contribución con los grupos minoritarios, deberá informarse al respecto. Soy de lo que prefieren las cosas honestamente y no mendigar aceptación. Si el Monago no quiere poner la bandera, que no la ponga y afronte las críticas por lo que realmente piensa. No se puede pretender querer reflejar la evolución en el ámbito de libertad de orientación sexual del país y a la vez dar voz a los más conservadores.