NACIMIENTO JAEN, 1948

FORMACION INGENIERO TECNICO AGRICOLA Y DOCTOR EN CIENCIAS

TRAYECTORIA 36 AÑOS AL SERVICIO DE LA INVESTIGACION AGRARIA, CON VARIAS APORTACIONES

CARGO JEFE DEL DEPARTAMENTO DE CITOPATOLOGIA DE UN SERVICIO DE INVESTIGACION DE LA JUNTA

José del Moral se encuentra inmerso estos días en los preparativos de uno de los acontecimientos que más le ilusionan: el Premio Nacional Víctor Moreno Márquez al mejor proyecto o trabajo de fin de carrera de las Escuelas de Ingenierías Agrarias de España. El galardón se entregará el 3 de junio en Badajoz. Por primera vez, después de seis convocatorias, uno de los proyectos seleccionados es extremeño.

--¿Cómo surgió este premio?

-- Por un lado, se pretendía preservar la memoria de la figura de Víctor Moreno Márquez, un ingeniero agrónomo de Zafra de la primera mitad del siglo XX. Fue un adelantado a su tiempo que aplicó todas sus investigaciones a los problemas reales de la agricultura extremeña. Por otra parte, se ha intentado motivar con este premio a los más de 3.000 alumnos de ingenierías agrarias que cada año presentan sus trabajos de fin de carrera en España.

--¿Después de seis ediciones se han cumplido estos objetivos?

--Yo tengo conciencia de que estos seis años han sido años de siembra, hemos empleado mucho tiempo y trabajo en organizar, en aprender, y a partir de ahora empezamos a cosechar, se han conseguido trabajos muy bonitos y originales, que están dando sus frutos, aunque no son patentables puesto que son procedimientos. Pero los grandes avances no se producen con los artefactos ni con los artilugios sino con los procedimientos.

--¿Cuál es el nivel de los que han concurrido este año?

--El nivel es muy bueno, son trabajos muy creativos y muy orientados a resolver problemas reales del sector, algo que valoramos mucho. Este año han llegado 25 trabajos, un número muy elevado, aunque hubo otra edición que se presentaron más de 30, de los que finalmente se seleccionan cinco, entre los cuales hay uno realizado por un alumno y dirigido por un profesor de la Escuela de Ingenierías Agrarias de Extremadura, es la primera vez que se presenta un trabajo extremeño.

--¿Cómo se encuentra la investigación agraria en España?

--El nivel que hay ahora mismo es bueno, pero el problema es el de la transferencia de la tecnología, que no llega al mundo rural con la rapidez que debería llegar. La política agraria que se ha diseñado en Europa, centrada en las ayudas, no ha sido quizás el mejor método porque el agricultor ha estado mucho más volcado y más atento a las ayudas agrarias que a las mejoras tecnológicas que se producían. Esto ha hecho que la investigación en España en los últimos quince años, aun siendo buena, no se ha rentabilizado porque no se ha transferido convenientemente.

--Y en Extremadura ¿cómo está la situación?

--La investigación agraria en Extremadura ha sufrido un parón muy considerable en los últimos quince años, yo creo que porque estaba en una consejería que no era la adecuada, la Consejería de Agricultura tiene como objetivo resolver los problemas de la agricultura y de los agricultores, de forma inmediata y ágil, y la investigación agraria es una actividad que requiere mucho tiempo, mucha paciencia y muchos recursos. Por ello, se ha considerado más adecuado cambiar la investigación agraria a ámbitos donde sí se entiende lo que es la investigación, y este cambio creo que puede suponer, a corto plazo, un avance importante.

--¿Qué futuro le depara a la agricultura extremeña?

--Tengo una teoría puramente personal, pienso que el futuro de la agricultura extremeña es altísimo, siempre que ésta tenga una trayectoria de desarrollo no rectilínea sino parabólica, es decir, siempre que nuestros agricultores cambien la agricultura productivista por una agricultura ecológica orientada a la alta restauración, dedicándose a productos exclusivos y de alta calidad, eso es lo que va a permitir que se incrementen los niveles de renta.