De luto riguroso y con dificultades para caminar, Josefa Mora Gómez recibe a EL PERIODICO EXTREMADURA en su domicilio de Guareña (Badajoz). Junto a su familia, reclama la exhumación del cadáver de su hijo José Luis Huertas Mora, fallecido hace ahora cinco años, para que le practiquen la autopsia que no le hicieron entonces. En tratamiento psiquiátrico, y tras visitar la tumba de su hijo aún sin lápida hasta que no aclare todo, esta madre coraje relata que no descansará hasta saber que pasó aquel 4 de marzo del 2002.

--¿Qué le dijeron que pasó y qué piensa usted que sucedió?

--Mi hijo trabajaba en un restaurante de una gasolinera de la autovía entre Mérida y Badajoz, cerca de Almendralejo. Allí no estaba muy contento y se pensaba venir, porque llevaba 11 meses trabajando sin estar dado de alta. El 4 de marzo del 2002 nos comunicaron que mi hijo había muerto y que estaba en su piso de Guadajira, pero allí no hubo levantamiento del cadáver, le pusieron una camisa que no era suya, cuando en su armario tenía muchas camisas, y en el certificado médico dice que murió por una parada cardiorespiratoria. Sin embargo, tenía dedos señalados en la cara, un pelo en la boca, un golpe en la parte de atrás de la cabeza y por el brazo, y toda la habitación estaba revuelta, con una puerta arrancada. Una persona que le da una parada cardiorespiratoria no se muere bregando, desordenando la habitación y con lágrimas en los ojos, como tenía él. Además, una vecina oyó por la mañana fuertes golpes, su reloj estaba roto y nunca vimos algunos objetos personales como su cartera.

--¿Qué sospecha tiene usted?

--A mi hijo le dieron una gran paliza, pero no sabemos dónde, ni a la hora que fue, ni quién, pero pienso que tardó en morir. Quiero que lo desentierren. Cuando otro hijo mío y mi hermano llegaron al lugar solo pudieron bajar el cadáver en un saco, pero allí no hubo juez ni nada para levantar el cadáver. Una parada cardiorespiratoria, un fallo cardiaco, deja a las personas inmóviles, no en el estado en el que estaba mi hijo. Su cuerpo fue manipulado por unos y por otros. El me lo contaba todo, pero hubo algo que no me contó. Sabía algo, y gente de Guareña sabe cosas, pero hay mucho dinero detrás.

--Lleva cinco años luchando, ha recogido firmas y el pasado domingo pidió un grupo de vecinos de Guareña se concentró para apoyarles y pedir justicia. ¿Siente el apoyo de su pueblo?

--El domingo esperaba más gente (se concentraron unas 300 personas tal y como informó este diario el lunes). Cuando pedí firmas la primera vez obtuve el respaldo del pueblo y reunimos 3.000 firmas, las mismas que ahora, pero seguiremos luchando.

--No pierde la esperanza...

--He gastado mucho dinero en tres abogados y un detective, pero no pierdo la esperanza. Solo pido justicia, que se le haga la autopsia, y que las personas que saben lo que pasó, me ayuden y vayan a la policía.