Comprar una vivienda puede resultar costoso para cualquier persona, pero aún más para los jóvenes. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Observatorio Joven de la Vivienda (Objovi), la situación se complica si se tiene en cuenta el precio medio de las hipotecas (unos 627 euros mensuales) y el salario medio de los jóvenes de 18 a 34 años, que alcanza los 1.017 euros al mes.

Los jóvenes extremeños necesitan dedicar más del 60% de su sueldo para poder pagar una vivienda, un dato que contrasta con las últimas recomendaciones del Banco Central Europeo (BCE), que desaconseja meterse en préstamos cuando éstos supongan más del 40% de la nómina. Es decir, según su baremo, los jóvenes de la región no están en condiciones de afrontar con garantías una hipoteca. Por esta cuestión, en Cáceres hay convocada para hoy una manifestación contra las condiciones del acceso a la vivienda, una protesta que no ha sido autorizada por la Subdelegación del Gobierno en la provincia.

La situación varía en función de la edad y el sexo. Así, los extremeños de entre 18 y 24 años registran sueldos inferiores a los de la media regional. Para ellos, la nómina mensual está en torno a los 752 euros, lo que les obligaría a destinar hasta el 85% de su salario para pagar una hipoteca media y quedarse con 125 euros para otros gastos. Más sosegado es el trance para los que tienen entre 25 y 29 años, que perciben unos 980 euros mensuales. Sin embargo, la situación más cómoda está en los bolsillos de los jóvenes de 30 a 34 años, cuyos ingresos mensuales son de 1.199 euros.

Pero si la relación juventud-hipoteca resulta complicada de por sí, las dificultades crecen si se es mujer. En este caso, las jóvenes tienen algo más difícil que los hombres hacer frente al pago de una vivienda, ya que su sueldo medio está unos 200 euros (al mes) por debajo del de sus compañeros, que cobran una media de 1.104 euros.