Con una dilatada carrera al servicio de las administraciones local, provincial y autonómica, Juan María Vázquez tiene bajo su responsabilidad las áreas de explotaciones agrarias, Política Agraria Común (PAC), infraestructuras rurales, administración local y prevención y extinción de incendios. Este semestre, además, representa a todas las regiones españolas en temas agrarios en el seno de la Unión Europea.

--¿Qué retos se le plantean al representar a todas las regiones de España en la Unión Europea?

--Es una experiencia muy positiva y enriquecedora en la que se comprueba lo difícil que es llegar a acuerdos por los distintos intereses que cada uno de los estados miembros defiende. Pero al mismo tiempo también se comprueba como países tan distintos y distantes como España, los del Norte o los del Este persiguen un mismo objetivo: fortalecer una unión que tendrá que ser social y política si queremos mantener un cierto liderazgo en la estructura mundial.

--Dice que hay muchos intereses en el seno de la UE. ¿Cuáles son los que usted defiende?

--En el caso de la agricultura hay que repartir la tarta presupuestaria y los países con un número importante de agricultores y ganaderos, como España o Alemania, quieren una Política Agraria Común (PAC) fuerte, bien dotada de presupuesto, sólida. Otros, como los escandinavos, preferirían destinar ese dinero a otras políticas que a ellos, conforme a su identidad, les beneficiarían más.

--¿Cuál es entonces el futuro de la PAC?

--Que exista una política agraria y que se mantenga como común con una dotación presupuestaria suficiente, sólida, similar a la que tiene actualmente. Que contemple la nueva situación de la agricultura a escala internacional y la defensa de la rentabilidad de las explotaciones agrarias europeas.

--¿De ella dependerá el futuro del campo?

--Una parte importante. En España un tercio de las rentas agrarias provienen de la PAC y su extinción traería la práctica desaparición de sectores como el olivar, el cereal, el ovino o el vacuno, que por sí solos no son rentables. Está claro que el mercado no garantiza la rentabilidad de las explotaciones, sobre todo en un mundo como el actual. Se necesitan otro tipo de incentivos que compensen a los agricultores y ganaderos, que los indemnicen. No solo por esos sobrecostes que las decisiones de Europa en temas de calidad medioambiental, sanidad, etc. imponen, sino por la producción, y este es un concepto nuevo en la futura PAC, de los bienes públicos que generan. Porque el agricultor, además de producir alimentos mantiene un territorio, es el mayor luchador contra el cambio climático. Y eso es un servicio que también tiene que ser compensado.

--¿Cree que cambiarán las reglas del juego?

--Creo que la PAC tiene que mantenerse como sector estratégico y prioritario y que tiene que tener una dotación presupuestaria fuerte. Pero a la vez tiene que cambiar el concepto de las ayudas. Hay que ayudar a aquellos que realmente trabajan, producen y se esfuerzan en ser competitivos; también a los que contribuyen a preservar nuestro paisaje y a los que luchan contra el cambio climático.

--Tiene nueva compañera de viaje, la ministra, Rosa Aguilar. ¿Qué espera de ella?

--La conozco desde hace muchos años y sé de su capacidad de trabajo. Estoy tranquilo, sé que luchará a fondo por los intereses de los agricultores, de los ganaderos y del medio ambiente.

--En la última cumbre a la que asistieron juntos se habló del sector porcino. ¿Cuáles son sus principales problemas?

--El blanco ha tenido en los últimos meses algunos problemas a causa de la subida en los precios del cereal y la bajada de precio del producto, que puso en peligro la rentabilidad de las explotaciones de muchos países. El ibérico, que es el que más interesa a Extremadura, también ha pasado una época de crisis, sobre todo por la confusión del consumidor, pero después de un ajuste importante está saliendo de ella y ahora, las comunidades a las que más nos afecta estamos trabajando para que esto no vuelva a ocurrir.

--¿Es cierto que la crisis actual ha afectado menos al campo que a otros sectores?

--Es verdad que una empresa agraria, que depende tanto del mercado como del clima, es más insegura. Pero en los últimos tiempos lo que más preocupa es la volatilidad de los precios agrarios. En un complejo mundo donde todo se compra y todo se vende, el riesgo que tiene el empresario agrario es mucho mayor, con la singularidad de que no puede cerrar su negocio.

--Acaba de terminar la vendimia. ¿Con qué conclusiones?

--Curiosamente este año el estoc no está siendo un problema. El vino se está vendiendo muy bien, sobre todo a terceros países como Rusia. La crisis va a traer consecuencias positivas y una de ellas es que hemos tenido que salir a vender fuera. Si sabemos consolidar esos mercados, el futuro vendrá mucho mejor.

--Acaba la vendimia y comienza la aceituna. ¿Que previsiones maneja?

--Teniendo en cuenta las lluvias de estas últimas semanas, vamos a tener una campaña de producción buena, puede que incluso mejor que el año pasado. Pero el gran problema vuelve a ser el precio. Producimos un gran aceite, el mejor de España, incluso de Europa, pero lo seguimos vendiendo a precios muy bajos. Si fuéramos capaces de llegar antes que los italianos o los andaluces a países donde el aceite se cotiza bien, habremos dado un salto de gigante y tendremos unas potencialidades de futuro impresionantes por las 240.000 hectáreas que tenemos de olivar. Este es el camino para todos los sectores: competir, ser competitivos, tener capacidad de transformación e innovación y ser grandes en la comercialización y producir al mínimo coste.

--¿Qué soluciones aporta Europa para lograrlo?

--De alguna forma, no hace falta esperar a la próxima PAC. Ya estamos trabajando con los programas que tenemos subvencionados por fondos europeos, incentivando políticas de ahorro de costes que unidas a la mayor productividad y las buenas labores de nuestros agricultores hace que podamos ser más competitivos. Porque no hay otra fórmula: hay que tener precios más baratos y para lograrlo, hay que ahorrar costes de producción. Por ahí vendrán también las líneas de la futura PAC.