El vocablo choricero , ya en desuso, ha vuelto a renacer y con más fuerza que nunca. El juego de mesa Cum Laude de la empresa Educa Borrás --de preguntas y respuestas sobre el lenguaje-- define a los naturales de Extremadura como choriceros, una comparación que ha originado una gran polémica. Unos piensan que se trata de un vocablo despectivo, otros, que sólo es una palabra que ya no se usa.

Desde la empresa, que ha recibido quejas de profesores y particulares, aseguran que el término no se ha introducido de manera despectiva y ante la petición de contactar con algún responsable del juego, aseguran que su creador reside en Francia.

Pero, amablemente, inciden en que el término está "totalmente documentado", por lo que no tienen intención de tomar alguna medida, de momento, aunque si las quejas continúan estudiarán el problema. No obstante, desde Educa remiten al diccionario de la Real Academia Española, concretamente a una versión en el portal de Terra en internet, además de la Biblioteca Virtual de Extremadura, también en la red.

LA NUEVA EDICION

Efectivamente, en los dos se recoge choricero como extremeño o natural de Extremadura, vinculándolo a actividades relacionadas con la chacinería y los cochinos, aunque si se consulta la nueva edición del diccionario de la Real Academia Española al vocablo choricero ya no se le aplica esta definición. Ha desaparecido.

Para Antonio Viudas Camarasa, profesor de Filología Hispánica de la Universidad de Extremadura y miembro de la Real Academia Extremeña, "en la última edición han desaparecido muchos términos y no ha sido el mejor de los criterios".

Con respecto a la polémica, Viudas Camarasa indica que "es un problema complicado", ya que entiende que muchos pueden sentirse ofendidos, aunque incide en que el término ya existía y "no era un concepto despectivo" y recuerda que existen otros vocablos que se emplean de esta forma en Extremadura.

Así, el filólogo señala que en un suplemento de ABC de finales del siglo XIX un cronista maño habla de la visita a Extremadura de un político que buscaba el voto de los choriceros.

Antonio Salvador, otro filólogo de la Uex, sostiene que "aunque el término no es demasiado feliz, no hay que entenderlo de forma despectiva ni dar una mayor importancia, aunque en estas cuestiones a veces somos demasiado sensibles".