El Circo Romano de Mérida se vistió ayer con sus mejores galas para acoger una nueva actividad que nace con voluntad de convertirse en todo un referente nacional de convivencia entre alumnos llegados de todo el país. Este recinto, considerado junto al teatro y al anfiteatro uno de los mayores exponentes del yacimiento arqueológico de Mérida, abrió ayer sus puertas para acoger a 1.300 alumnos procedentes de 15 institutos de Extremadura, de Madrid y de Portugal. Ataviados con atuendos de la época, compitieron en algunas de las disciplinas propias de los tiempos en los que las miles de personas rebosaban sus gradas, hace más de quince siglos.

Carreras, lucha, saltos o lanzamientos se celebraron durante toda una jornada que comenzó con una ceremonia de apertura, incluido el encendido de la llama olímpica en el pebetero y el desfile de los participantes, cada uno con el uniforme del color que representaba a su instituto. Tras las competiciones, que se desarrollaron durante toda la mañana y la tarde, hubo ceremonia de clausura y entrega de corona de laureles a los vencedores.

Los Juegos Olímpicos Antiguos acaban de nacer, pero esperan tener un recorrido al menos tan provechoso como el del Festival Juvenil de Teatro Grecolatino. Aunque en esta nueva propuesta el deporte y la competición son los elementos fundamentales, frente al teatro del "hermano pequeño" del festival de teatro de Mérida, son muchos los elementos que comparte. Como en el caso del certamen de teatro, está destinada a estudiantes, y son una iniciativa de un instituto emeritense, en este caso el IES Albarregas. Su director, Francisco Marcos, resalta que el objetivo de los juegos es "integrar educación, cultura, deporte y patrimonio" y fomentar valores que "van más allá de los objetivos meramente curriculares, como el respeto a la diferencia y tener, sobre todo, una visión tolerante de la realidad", según recoge Efe.

Otras coincidencias pasan por la recuperación de un espacio monumental para el fin para el que fueron construidos hace 2.000 año. El director científico del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, Miguel Alba, subraya que este espacio "tiene que ver con la expresión en sí misma de júbilo, juego o diversión", y que por este motivo, al igual que ayer, acudían a Emerita Augusta gentes de puntos muy lejanos. Mérida se quedó hace poco sin la ilusión de ser subsede olímpica (Madrid 2016), pero puede que haya ganado otra cita anual que sitúe su nombre en el calendario educativo a nivel nacional.