Si en ocasiones la justicia tiene que mediar para resolver conflictos relativamente absurdos, el episodio que se vivió ayer en los juzgados de Plasencia se lleva la palma.

Luis Parrón, un hombre de más de 70 años, denunció al nieto y a la hija de su expareja por haberle sustraído supuestamente un paraguas negro, que se puede adquirir completamente nuevo en cualquier comercio por menos de 15 euros. Sin embargo, para el demandante, el paraguas tiene un significado muy especial, puesto que al parecer tiene más de cuarenta años y perteneció a su madre.

Sin embargo, los demandados no están de acuerdo con esta versión. "Este señor no aceptó que yo me separara de él hace más de ocho meses", aseguró ayer María Montoya, su excompañera sentimental. Según cuenta, un día de lluvia "antes de que nos separáramos, mi nieto le pidió ese paraguas para refugiarse del agua y el utensilio quedó en mi casa".

Después, llegó la separación y la consiguiente reclamación del objeto. Pero lo extraño es que, según la versión de María Montoya, "le devolvimos su querido paraguas, pero como vio que yo no quería volver con él, se las arregló para dárnoslo otra vez". Y ahora se lo reclama de nuevo, pero en serio y ante la justicia.

Cuando la familia de María recibió la notificación para acudir al juzgado, "nos quedamos literalmente con la boca abierta, y lo siento sobre todo por mi nieto, que solo tiene 15 años".

Ayer, minutos antes de verse cara a cara con el propietario del paraguas, María sacó su propia moraleja de este asunto: "Me parece increible que los jueces se presten a perder el tiempo con asuntos sin importancia", comentó visiblemente afectada.

Y se mostró dispuesta a acatar la sentencia. "Me han dicho que lo mismo tengo que pagar cien euros. Le doy ese dinero y el paraguas encantada, pero que me deje en paz", concluyó.