Extremadura lidera en España la producción de tomate, con el 80% de la misma y el 95% de la destinada a la industria transformadora, lo que convierte a la región en la cuarta productora --después de Estados Unidos, China e Italia-- con 2,2 millones de toneladas al año, 30.000 hectáreas y 1.700 agricultores, ocupando un 10% o un 15% de la producción agraria de la región y unos valores de más de 300 millones de euros. También se sitúa a la vanguardia en I+D+i en los procesos industriales.

Todos estos factores hacen que la comunidad sea una potencia en este producto, motivo por el que se celebra en Badajoz el I Congreso Internacional de Tomate de Industria, organizado por el Centro Tecnológico Agroalimentario (Cetaex). El consejero de Agricultura, Juan María Vázquez, apoyó ayer la propuesta del director del Cetaex, Javier Donoso, de crear un instituto tecnológico del tomate, para mejorar la transferencia de conocimiento a los agricultores y las industrias.

LA FORTALEZA Vázquez destacó la fortaleza del sector en la región desde el punto de vista del cooperativismo, la industria transformadora, la comercialización y la innovación. También ensalzó que la producción se exporta en su mayor parte y que grandes cadenas alimentarias usan tomate concentrado extremeño.

La industria de la región ha llegado a productos de segunda y tercera gama en la transformación, por ello Vázquez apuesta por llegar a la cuarta, que en la actualidad se centra en Italia. En ella, el producto se presenta en el mercado en envases pequeños, con el consiguiente valor añadido. También abogó por avanzar en materia de sanidad vegetal y en investigación, desarrollo e innovación. Para él, el del tomate es "un modelo de referencia" y un "ejemplo de cómo fortalecer un sector vulnerable como el agrario".

En su opinión, no afectará de forma decisiva al tomate el desacoplamiento de las ayudas europeas a partir del 2011.

José Luis Llerena, director de Transferencia del Conocimiento del Ctaex, destacó los avances en cuanto a ampliar la ocupación de la industria del tomate con la transformación de otros productos, aumentando así su tiempo de producción más allá del verano, como ya se ha iniciado con el membrillo y la cebolla.