Extremadura no tiene previsto regular la prostitución. Más bien al contrario, apuesta por la abolición, que supone la puesta en marcha de medidas que faciliten el cierre de los clubes en los que se practica.

Así lo desveló a EL PERIODICO EXTREMADURA la directora del Instituto de la Mujer en Extremadura (Imex), Josefa Caraballo, que insistió en que se trata de un "asunto difícil y complejo". Precisamente por eso este organismo, adscrito a la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, está analizando los resultados de las Jornadas sobre Tráfico Internacional y Trata de Mujeres que hace unos meses reunieron en Cáceres a expertos de once países.

Hasta entonces, hasta que se decida qué sistema se va a adoptar --puede ser abolicionista, reglamentista o prohibicionista--, el Ejecutivo extremeño se centra en la atención a las mujeres que están prostituidas en la región, a las que se está dando, según Caraballo, "una respuesta social". Este colectivo, según un reciente informe de la Guardia Civil desvelado por este diario, está formado por unas 1.800 mujeres en la región.

La máxima responsable del Imex tiene claro que en este asunto hay que actuar, pero siempre "con mucha responsabilidad y sabiendo a donde vamos", por lo que no es partidaria de precipitarse.

TRES OPCIONES En el Congreso celebrado en Cáceres quedó claro que las Administraciones pueden adoptar tres modelos. El reglamentista es el que está impulsando el Gobierno catalán, que regulariza la práctica para facilitar los controles sanitarios y que las mujeres tengan contemplados sus derechos. También se puede optar por el sistema prohibicionista, que apuesta por sancionar penalmente a las tres partes que intervienen en este negocio: prostitutas, proxenetas y clientes.

La tercera posibilidad es el sistema abolicionista, el que ahora mismo es mejor visto por el Instituto de la Mujer de Extremadura. En este caso se evita cualquier reglamentación y se usan todos los elementos legales posibles para clausurar los espacios en los que se practica. El problema, según sus detractores, es que favorece la prostitución clandestina.

PRIMAR LA ATENCION Caraballo está convencida de lo que primero que hay que hacer es "atender a las mujeres prostituidas y ayudarlas a salir de ese mundo". Para eso es necesario que estén informadas de los recursos que pone la Administración a su disposición y que posteriormente se les ofrezca una formación que les permita incorporarse con garantías al mercado laboral.

En esta línea avanza el nuevo proyecto llevado a cabo por el Imex conjuntamente con una asociación que trabaja en ese ámbito. Se trata de crear una taller de inserción sociolaboral de catering para prostitutas. Durante un año recibirán los cursos de formación, un periodo durante el cual cobrarán un salario y serán dadas de alta en la Seguridad Social.