El Juzgado de Familia de Badajoz remitió en la tarde de ayer por fax al Colegio San Juan Bautista de Badajoz una providencia, del pasado 17 de abril, que obliga a una pacense a entregar a su expareja, el alemán Martin Bornemann, al hijo de ambos, de 11 años, en cumplimiento de una sentencia de un tribunal alemán que concedió al padre la custodia del menor. La mujer no acudió y la entrega no se efectuó, por lo que el padre lo denunció en la comisaría.

Bornemann contó que la madre viajó de Alemania a Badajoz con el niño hace dos años, cuando el fallo que le daba la custodia no era firme, y desde entonces no ve a su hijo. Su presencia en el palacio de justicia se debía a que fue requerido como testigo a un juicio, en el Juzgado de Familia, por un procedimiento planteado por su expareja solicitando la suspensión de la entrega, fijada para las 17.30 horas de ayer, y la custodia en exclusiva.

La letrada de Bornemann, Carmen Bascón, planteó que el juzgado no es competente en el tema y debe hacer cumplir la sentencia del tribunal alemán.

Bornemann estuvo con el portavoz de la Asociación de Padres y Madres Separados, Carlos Caldito, y su abogada, mientras que la madre no habló con la prensa. Si bien su abogado, Vicente Carrasco, explicó que intentaban que la jueza revocara el fallo del tribunal alemán y conseguir la custodia para la madre, basándose en el Convenio de Bruselas, considerando que la residencia habitual del niño es España.

Carrasco aclaró que la justicia alemana decidió la custodia del menor cuando este y la madre estaban ya en Badajoz, y que la acusación de sustracción de menores que se interpuso contra la mujer fue archivada.

El psicólogo Manuel Picado, testigo en la causa, señaló que ha apreciado en el niño una situación "de malos tratos psicológicos propiciados por el padre"; que "tiene problemas de integración y un carácter agresivo debido a un ambiente familiar hostil"; y que "el niño se niega en rotundo a estar con su padre", informa Europa Press.

La jueza quedó en emitir un fallo sobre la vista de la mañana, que finalmente no se produjo a lo largo de la jornada, pero sí remitió el citado fax al punto de encuentro de los padres del menor. El fax es la providencia que ella misma dictó el pasado día 17 ordenando la entrega del menor "bajo apercibimiento, que de no hacerlo podrá incurrir en un delito de desobediencia. Y visto el anterior incumplimiento se le impone una multa de 200 euros mensuales hasta que proceda a la entrega. No a lugar al empleo de la fuerza pública".